Libertad Rebelde.

6. Vuelta a la terrible realidad.

Por alguna razón, los impresionantes hechos de ayer me sonaban increíblemente lejanos. Como a las dos o así conseguí volver a la residencia, escalar por la verja y colarme en la habitación pues, gracias a dios, elena había abierto la ventana. Estaba profundamente dormida, tirada de cualquier manera y sin poder evitarlo le saqué una foto rezando porque el flsh no la despertara, y no lo hizo. (Me iba a matar pero yo tenía esa fot en mi poder MUAJAJAJA)  por eso no se enteró y como la envidio. Lo intenté pero yo no me pude dormir en toda la noche.

Y así llegamos hasta ahora. Me levanté y muerta de sueño me vestí con una camiseta de "Sons of Anarchy", unos vaqueros negros, una chaqueta del mismo color que en la espalda ponía  "Don't  follow me" y mis deportivas negras. 

E: Despierta macho!!! y.... Explícame por qué tienes pintura en la chaqueta blanca que te dejé. Ahora.

Y: Yo... Lo siento pero no te lo puedo decir. Lo arreglaré.

Me echó una mirada asesina y, como iba a llegar tarde, cogí la mochila y salí a toda prisa con ella pisándome los talones. Joder como corre!!!!!! Pasé de largo el comedor y la gente que nos miraba como si fuéramos desquiciadas mentales (Que lo éramos)y corrí hacia la parada, para entonces ya no veía la melena verde y azul de mi amiga. 

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Profesora: Madre mía señorita Ayla. Llega usted muy tarde, y vaya ojeras que lleva. Salió ayer de fiesta verdad? Ustedes los jóvenes deberían saber lo que es la responsabilidad pues de usted me esperaba más y ya veo que...

Joder, la puta bruja no se callaba y yo estaba harta así que me fui a mi asiento y me senté delante de sus narices, saqué el bloc  me perdí en mi mundo. Pero entonces me enderecé y pensé. No. No podía olvidar el plan que me impuse de llevar bien los estudios al llegar aquí. Lo de ayer fue un desliz, pero bueno tenía 17 años, era perdonable. Pero se tenía que acabar. Guardé mi preciado bloc y me puse a trabajar copiando unos versos que había escrito en la pizarra la profesora. 

De repente la puerta se abrió de golpe y entraron Nemo, Num y Maya a toda prisa, despeinados y sudorosos. A mi me hizo mucha gracia y me partí el culo mientras todos nos miraban como si fuéramos bichos raros pero yo casi me caigo de la silla de la risa.

Y: PIVONES! OS COMÍA TODO, SOBRE TODO ADORNADOS CON ESOS PELITOS DE PSIQUIÁTRICO!

Maya: CÁLLATE TONTA, QUE LUEGO TE LO COMO YO TODO. Profesora, pedimos discupas por el retraso, no volverá a pasar.

Ellano sabía que pensar y simplemente los mandó sentar. Num se sentó a mi lado y me sonrió, yo tuve ganas de comérmelo allí mismo pero las disimulé, creo. Disimuladamente, me tendió un papel.

N: Serían las gafas perfectas, no crees? Ayer estuviste genial, no sabía que se te diera tan bien algo tan... osado.

Y: Estaba muerta de miedo, ni que fuera Tris, ni de lejos, pero me sentía tan libre... El dibujo es precioso.

N: Lo tengo claro, si tu fueras Tris nadie mas que yo sería Tobías.

Y: Ah sí? En todas las escenas?

N: Mmm... Sí. En todas las escenas.

Yo me sonrojé y, dejando de tontear con aquel tonto emito, me dispuse a atender.

*****

TODOS: PELEA, PELEA, PELEA, PELEA!!!!!!!

Me abrí pas entre todos pues tenía un mal presentimiento y, cuando lo vi, me pareció surrealista. No podía ser. Tanto tiempo dejándome respirar y tenía que pasar esto ahora?? Os acordáis del chico que me acosaba psicológicamente, Noel? Pues estaba dándose de golpes contra Nemo, que tenía gotitas de sangre en la cresta rosa y amarilla pero devolvía los golpes con una brutalidad que se notaba que era de la calle. 

Y: BASTA, PARAD!!!! DEJADLO YA!!!!!

Me interpuse con mucha dificultad entre ellos y conseguí detenerlos. (Nemo es my bruto) 

Dirigiéndome a Noel, con cada palabra impregnada de rabia.

Y: Por que cojones te estás peleando con él?

N: Fácil porque eres una puta zorra que se va con todos y tu me perteneces.

me quedé con la boca abierta, no sabía que fuera tan gilipollas. Bueno, sí.

Nemo intentó abalanzarse sobre él pero volví a impedírselo.

Y: Una zorra? No soy yo quien va por ahí acosando a la gente si no me hacen caso o pajeándome desde los nueve. 

Todo el mundo gritó revolucionados frente a lo que acababa de revelar, pero de repente ellos se quedaron en silencio y yo en el suelo. Me había dado una potente bofetada y tenía un poco de sangre en el labio y un pitido en los oídos. Auch.

Nemo vociferó y le tiró al suelo, sembrándole de puñetazos pero yo ya no le detuve. Hasta que me pude levantar. Miré al malherido Noel y le dije, con mirada oscura:

Y: Como vuelvas a acercarte a mi o a alguien que me importe, no sólo te denuncio sino que te doy una paliza yo misma Esto se acaba aquí. A partir de ahora ve con cuidado. Vete.

Abrió la boca para decir algo pero, en vez de eso, se levantó como pudo y se fue cojeando. Yo no pude evitarlo y gruesas lágrimas se deslizaron por mis mejillas mientras le seguía con la mirada. Le había contado a Noel cosas tan íntimas, los besos habían sido tan dulces, la confianza tan hermosa... Para que él luego lo estropeara todo. Había sufrido mucho por culpa de aquel imbécil y por fin me lo había quitado de encima, me sentía enormemente liberada... O destruida? Ya no más, era libre. Ser valiente me había salvado. 

Me di la vuelta y abracé a Nemo, que recostó la cabeza en mi regazo y así nos quedamos.

*******

Por la tarde salí de la escuela de arte y me dirigí al metro, debía cogerlo para llegar a la residencia. Aquel día Elena, no venía conmigo, se quedaba con unos amigos. "Para beber y fumar" pensé, irónica. Reajusté el bloc de dibujo bajo el brazo y bajé las gastadas escaleras que llevaban al metro. La luz eléctrica de los pasillos de este siempre me había reconfortado, no sabía por qué, era extraño pero aquel día, me daban mala espina. Tenía la sensación de que algo malo iba a pasar y, involuntariamente, empecé a andar más rápido. "Deja de ser tan jodidamente negativa, imbécil." Me regañé.

y entonces pasó.

Me situé frente a las vías a esperar que el tren pasara, perdida en mis pensamientos.  

Y lo sentí.

Alguien me empujó.

Caí a la vía raspándome los brazos  y, cuando intenté levantarme a toda prisa, sólo me dio tiempo a ver el letal tren tratando de frenar.

La luz se apagó.