Al día siguiente.
Desperté muy mal, después de llorar toda la noche, lo último que quería era presentarme al colegio.
Decidí quedarme en casa a cuidar de mi hermana pequeña.
Mi madre ya se había ido a su trabajo, así que no notaria mi ausencia en el colegio.
-¡Alessa!
Gritaba desesperada, ya que no estaba en su habitación.
Alessa estaba en la sala de estar, viendo algunas caricaturas.
Me había agitado. Después de que la encontré, prepare un desayuno.
Alrededor de las ocho de la noche, tocaron la puerta, mi mamá no podía ser, pues ella regresaba una hora mas tarde del trabajo.
Fui a ver quien era, no podía creer lo que estaba mirando, trate de cerrarla, pero mis intentos fallaron. Caí al suelo.
-¿ Estás bien?
dijo mientras me ayudaba a ponerme de pie.
- Sí.
Cómo habría de estar bien.
- ¿Qué te trae por aquí?
- Nefer...
Lo interrumpí enseguida después que escuche que pronuncio mi nombre.
- ¿Qué quieres?
- ¿Podemos volver? Colorear los espacios en blanco rellenar las grietas.
- ¿Qué?
-Te estoy diciendo.. Proponiendo que volvamos.
-¿Crees que quiero volver contigo, después de todo lo que hiciste?
mi hermana Alessa grito debido a que cayo de las escaleras. Entre corriendo ignorando la presencia de ese bastardo.
- Tenemos que llevarla al hospital....
Ricky llevo a Alessa a su auto.
- Nefer! Tienes que subir conmigo.
- Claro.....