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Digamos que rompes un florero en tu casa, no se lo dices a nadie ¿No? Intentas repararlo, que pase inadvertido, pero ¿y si lo rompes otra vez? Eso sería un gran infortunio. Pero si lo rompes demasiado ¿qué haces? Las piezas son muy pequeñas como para ser pegadas, muchas han desaparecido en el camino, ¿Cómo reparar un jarrón hecho trizas y con partes faltantes? Pues compras otra igual, no queda otra solución, pero, ¿Qué pasa si el problema no está en el jarrón sino en tu alma? ¿Dónde consigues una nueva? Y lo más importante, ¿Cómo reparas tal cosa?

Muchos vamos por ahí, con una sonrisa en el rostro mientras tenemos por dentro un sabor amargo a decepción. Y vaya decepciones me he llevado. Solía pensar que tus amigos eran tus amigos porque te querían, los "amigos" hoy en día son personas que te saludan frenéticamente y luego esperan que te alejes para decir mentiras desagradables sobre ti. Pero supongo que el miedo a veces gana, y yo he vivido la mayor parte de mi vida aterrada de estar sola, lo que me ha hecho propensa a este tipo de situaciones. Es una decepción grande, cuesta meterla al jarrón, así que recurro a la fuerza hasta lograr meterla dentro, pero las fisuras no tardan en aparecer.

Solía reconocerme; es curioso como la personalidad cambia cuando vas creciendo, pero es más curioso como lo que otras personas dicen puede importarte (y herirte) tanto que terminas siendo un desconocido incluso para ti mismo.

Cuando me quedo mirando al techo hasta las 2:33 de la mañana suelo preguntarme donde andaré, o más bien donde andará ella, esa que cuando quería algo, lo conseguía, la que sonreía sincera y eufóricamente, la que hablaba con todos, que tenía buena autoestima y se amaba lo suficiente para no aceptar malas compañías. Me he perdido; la he perdido a ella mientras atestaba el jarrón con mi nueva personalidad, sin darme cuenta que la vieja se salía por los huecos del florero roto.

Reflexiono sobre algo aterrador, porque es de madrugada y no tengo mi música para esconderme de mis pensamientos; Todos hemos aprendido a matar a nuestros sueños, pero estoy asustada de asesinar al mío, estoy asustada de mi misma, y asustada de mi propia inmadurez. Asustada de no poder hacer en el futuro algo que me haga feliz, pretendo que eso está bien, pero deberían verme cuando lo pienso, quedo petrificada. ¿Que pasará conmigo si no puedo hacer algo que me haga feliz? Me veo en un trabajo inestable, aburrida e infeliz, deseando haber hecho algo por mi vida y entro en pánico ¿Cómo podría alguien dedicarse a ser tan infeliz por el resto de su existencia? Pongo todos mis miedos en el jarrón, uno a uno, presionando para poder encajarlos todos, las fisuras se ensanchan, dándome a entender que en cualquier momento va a quebrarse.

Pienso en como el pobre jarrón se me asemeja, gastado y roto, sin ningún adorno o flor hermosa que resalte dentro de él, solo sus pedazos faltantes  y dolor. Me recuerda a la forma en la que te sientes cuando alguien a quien amas muere. Sigo analizando y mi cerebro me hace una pregunta seria "¿Y si la única forma de dejar de sentir dolor es dejar de sentir por completo?"

Sostengo el jarrón en mis manos, y paso el pulgar por el polvo en este, noto lo ignorado y maltratado que este se encuentra.

Antes de poder arrepentirme, lanzo el jarrón contra el suelo y me siento junto a los pedazos. Nos dejo a ambos limpiarnos de todo dolor existente, para empezar de cero.

Hola, aquí B. Se que esto probablemente no tenga mucho sentido, no sea erótico ni nada de lo que esperaban, pero es mío, es lo que he sentido a lo largo de mi vida y la música que escucho, cualquier duda o corrección que crean deba hacerle, pueden decírmelo por direct.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2017 ⏰

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Las decepciones de un jarrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora