"Siempre creí todo lo que me dijiste, siempre creí que me amabas de verdad, que cada noche que me entregaba a ti era solo por amor, cada beso que me diste, cada sonrisa, cada cumplido, cada mirada, cada acaricia... cada palabra. Siempre confíe en ti, y ahora me lamento por ello."
5 AÑOS ATRÁS...
— entonces... aquí viviremos? – preguntó mirando toda la casa la cual ya tenía los muebles solo que faltaba acomodar los accesorios de cada uno.
— así es... que te parece? – contestó cuestionando a su ahora esposo mientras lo abrazaba por la espalda y plantaba un pequeño beso en su mejilla, que poco a poco fue descendiendo hasta llegar a su cuello y al estar ahí oler el rico aroma que siempre lo volvía loco.
— es... perfecto – respondió su marido ladeando solo un poco su cabeza al lado derecho para que su esposo siguiera con esa acción que a el le encantaba.
— bueno, anda ve a investigar la casa, yo traeré las demás cosas que están en el auto – dijo su esposo soltándolo y alejándose un poco para después salir por la puerta principal para ir por las cosas al auto y meterlas a su ahora casa.Sin esperar camino poco a poco hasta acercarse al sillón y ahí dejar sus cosas que llevaba consigo; la sala tenía un hermoso candelabro colgando en medio de la espaciosa sala, tres sillones blancos que parecían ser unos de la alta sociedad pero a ojos de su esposo eran comunes, una televisión plana la cual estaba en un mueble café claro
— aquí falta algo, ah ya se – se acercó a su bolso y de este saco una foto con su esposo cuando apenas tenían los tres meces de ser novio – perfecto.
Dio media vuelta y siguió caminando; al estar en la cocina está era demasiado moderna a su parecer, la cocina tenía una estufa plateada y el refrigerador hacia juego con este, también tenía encimeras las cuales todas estaban unidas y solo había espacio para el refrigerador y la estufa, al centro estaba la mesa la cual en su alrededor era café marrón y en el centro era de vidrio, solo se podía ver la madera fina que yacía debajo del vidrio a unos cinco u ocho centímetros de espacio, al rededor de la mesa yacían seis sillas del mismo color; salió de la cocina encontrándose con su esposo quién estaba dejando la última caja.
— ya fuiste a recorrer el lugar? – le preguntó su esposo mientras se acercaba a él.
— no todo, solo he recorrido la sala y la cocina pero solo con recorrer esos dos lugares ya estoy más que sorprendido – afirmó su marido mirando a su esposo con ternura.
— pues que te parece si ahora yo te enseño lo que falta? – preguntó su esposo rodeando con sus brazos la cintura de su marido.
— cuánto falta?, me refiero, cuántas habitaciones hay en esta casa? – preguntó a su esposo mientras recorría sus brazos hasta llegar a los hombros y dejar ahí su manos un tanto más pequeñas que las de su esposo.
— no mucho, solo son una biblioteca, la sala y la cocina que ya las viste, ah y también aquí abajo hay un baño, de echo son tres baños, uno en una habitación que será para los niños, otro en nuestra habitación y la otra pues aquí abajo como ya te había dicho – le contestó su esposo mirando como después su marido hacia un gesto de confusión.
— los niños? – preguntó su marido remarcando la última palabra haciendo una pequeñísima pausa de la primera.
— pues si, yo quiero tener dos o incluso hasta más niños – respondió su esposo con una sonrisa.
— más?, si claro ya que tú no sientes lo que yo estoy sintiendo, créeme que es horrible pasar casi dos meces y casi tres meces en cama por lo síntomas, además sin olvidar que iba al baño casi cada 15 o 20 minutos. Te juro que jamás volveré a dejar que me toques, y más porque sé que soy fértil en el sentido de concebir bebés en mi vientre, además de que es horrible que casi no he podido comer muy bien últimamente, pero estoy mejorando y eso es lo bueno – afirmó su marido soltándose de su agarre y alejándose hacia las escaleras.
— y créeme también que cada que me pedías esos dos meces algo de comida, normalmente era pasadas de las nueve y casi siempre me pedías cosas que casi no vendían a esas horas, esos días fuero un calvario para mi; pero ahora lo bueno que ya estás en el quinto mes y solo faltan cuatro meces más y tendremos a esta cosita con nosotros – dijo su esposo acercándose a él y agachándose para poder acariciar su vientre más o menos abultado.
— cierto, hablando de esos meces que me faltan, cuando quieres ir para que sepamos el sexo del bebé y así adornar más su cuarto con las cosas adecuadas – cambio de tema su marido viendo como su esposo sonreía al ver su más o menos abultado vientre.
— que te parece si vamos mañana?, así si quieres de una ves compramos las cosas para nuestro pequeño o pequeña – dijo enderezándose para ver de frente a su marido sin dejar de acariciar su vientre.
— bueno, pero ya vamos a dormir no?, ya tengo sueño, fue un viaje largo – dijo su marido, (a pesar de tener cinco meces dormía demasiado).
— está bien, pero permíteme llevarte de la mejor manera – contestó su esposo pero sonriendo para después cargarlo en sus brazos cual princesa se tratase.
— oye no, que me asustaste a mi y al bebé con hacer eso, avisa primero – dijo rodeando el cuello de su esposo con un brazo el otro colocándolo en su vientre acariciándolo un poco.
— lo hice pero sutilmente, y además... ya pesas más desde la última vez que te cargue – afirmó su esposo caminando hacia su cuarto y abriendo la puerta de este para después entrar.
— pues era porque en ese entonces tenía tres meces tarado – dijo dándole un golpe en el pecho; miró hacia otro lado mirando toda la habitación la cual sería de ellos dos, una cama matrimonial, un mueble enfrente de está con una televisión de pantalla plana encima de este, a cada lado de la cama dos pequeños muebles donde yacían dos lamparas encendidas, a parte de que un foco blanco yacía colgado en medio de toda la habitación; su esposo lo bajo y se acercó a aquella cama matrimonial sentándose en esta y después mirando a su esposo.
— te gusta? – preguntó, acto que fue respondido por un abrazo por parte de su marido, ya que apenas si todavía al hacerlo no los separaba su más o menos abultado vientre.
— me encanta mi amor, gracias, Hyuk – dijo emocionado su marido, yendo de nuevo hacia aquella cama ahora sentándose y dejándose caer hacia atrás (cabe mencionar que si no estuviera embarazado se habría aventado totalmente a la cama sin ninguna preocupación de dañar a nadie); su esposo se acercó a él y se sentó para ver lo que hacía su marido.
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Books of OneShots (for YoungMi17)
ContoHello, aquí solo publicare unos OneShots, puede que sean algunos en inglés y otros en español, solo espero que los disfruten mucho. Nos leeremos en el primer OneShot.... Bye. (el primero es una adaptación pero los que siguen si serán creadas por mi)...