La apuesta.- Louis Tomlinson & Tu.

Capítulo II.

Estaban locos si pensaban que iba a hacer semejante cosa por 2.000 dólares. Ni tibios.

-Al diablo con su apuesta, no voy a hacer ni mierda.

-Pensamos que como te divertías tanto con ______, podrías hacerlo. Pero bueno, como quieras Louis ya perdiste tu oportunidad de ganar 2.000 dólares.- Los estudié de arriba hacia abajo.

-Largo de mi mesa.

-Uy, que genio Tomlinson. Cuando estés mejor nos avisas.

No podía, había odiado a _______ Jenkins desde segundo de primaria, lo que me proponían, se salía de mi alcance, era imposible... ni por 2.000 dólares lo haría.

Quería llegar a casa, a darme una ducha y poder salir o hacer algo que me quitara estos pensamientos de mi mente. Necesitaba salir, con urgencia.

"Saldré de casa por unas horas, perdóname por no estar cuando llegas.

Te quiero. Louis"

Dejé la nota para mi madre encima de la mesa del comedor. Agarré la copia de mis llaves, y salí, sin rumbo a dejar de pensar en esa propuesta. Me di cuenta que había llegado al paruqe del centro de la ciudad, y ahí vi a _________. ¿No podía ir a otro lugar? ¿O es que nunca se daba cuenta de lo mucho que me incomodaba su presencia?

-¿Que haces aquí, vago?- Me preguntó.

-Lo mismo te pregunto, anormal.

-Estoy paseando con un amigo. Mira, te lo presento, no es vago como tu, y es mucho más guapo sin duda alguna.

-A mi no me interesan tus amigos, mounstro.

-Ah, que mal. Pensé que me seguías.

-¿Seguirte yo, anormal? Estás más loca que de costumbre.

-Lo que digas Tomlinson, a mi tu mejor amigo me dijo que planeabas seguirme.

-¿Niall, Greg?

-Los dos, bueno por mitades. Así que ahora estoy convencida. ¿Que quieres de mi, estúpido?

Esta chica colmaba mi paciencia.

-Véte a la mierda, Jenkins.

-¿Me llevas tu, Tomlinson?

-Jódete.

-Maldito.

-Estúpida.

-Homosexual.

-¿Que?

-Que voy con mi amigo.

-Mejor.

Definitivamente no debí salir de casa. Regresé por una ruta diferente a cuando vine, por simple seguridad.

-Niall, hola.

-2.000 dólares.- Reí.

-Ya. No sé que hacer. No paro de pensarla.

-¿Es enserio?

-Sí, y con su apuesta peor. ¿Podemos vernos?

-Está bien, necesitas mucha ayuda. ¿En dónde?

-En mi casa.

-En media hora estoy allá. Cálmate hermano.

 

Al cabo de media hora, justo como había dicho, Niall tocó mi puerta.

-Muy bien, dime todo.

-Me gusta desde hace tres años, y no he podido tener el valor de decírselo.

-¿Quien es?

-La de la apuesta.

-Cielo santo.

-La aceptaré.

-¿En verdad?

-Sí. 

-¿No la odias tanto como aparentas, verdad?

-No.

-Está bien. Le diré a mi hermano.

-Empezaré a cumplirla desde el próximo Lunes.

-Vale, vale.

-Solo así podré saber si lo que siento por ella es amor.

-Te atrae.

-Sin duda.

-Estás mal.

-Lo sé.

-Adiós.

-Vale.

-Le diré a mi hermano.

-Si, hazlo.

-Hasta el Lunes.

-Hasta el Lunes.

-No la pienses más.

-Lo intentaré.

-Vale.

-Adiós.- Cerré la puerta y me dirigí a mi habitación, encendí el iPod a todo volumen y me puse la pijama. Ojalá no soñara con ella.