Pobre Viejecita

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Se supone que al ser la madre de un par  de millonarios viviría rodeada de lujos, ¿no? Pues este no es el caso de esa pobre viejecita.
Mientras sus hijos disfrutan en su apartamento en París, ella teje en su pequeña casa arrendada, que no es muy lujosa que digamos, tres habitaciones, cocina, baño, comedor y algunos muebles viejos que alguna vez fueron caros, en los 90 tal vez...
La pobre viejecita, le llaman en el barrio, un apodo lleno de ironía, pero verdadero al mismo tiempo.
Mientras sus hijos gastan su fortuna en carros, casas, ropa, etc, ella se gana la vida vendiendo prendas hechas a mano; que mala vida le tocó a esa pobre viejecita.
Ha vivido en el mismo sitio por años, y ni una vez se han pasado por ahí sus hijos, que tienen olvidada a esa pobre viejecita, pero ella ya lo ha superado, y se dedica a tejer prendas, siempre con aguja e hilo en mano, la pobre viejecita.
Faldas, vestidos y camisas, para hombre, mujer o niña, así se gana la vida, esta pobre viejecita.
Así que si alguna vez te la encuentras, no dudes en comprarle algo, a esa pobre viejecita.

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