Siempre fuiste el único (1/3)

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-–¿Estás seguro que no quieres un poco más de pasta?

Le preguntó levantándose para poder servirse un poco más.

–No, no, ya estoy lleno...

El peliazul asintió y se dirigió a la cocina.

–Pero lo que sí me sorprende es lo mucho que comes, al contrario de tu pequeño cuerpo.

Tocó una vena sensible.

–¿Buscas una pelea?

Con su delantal rosa puesto, era imposible tomarlo enserio.

A Jacob le encantaba fastidiar a Tadeo.

Adoraba ver sus reacciones tan tiernas que su pequeño ojiverde tenía para mostrar, a pesar de solo tener un año de diferencia.

Desde la época escolar, al pelinaranja le era divertido sentarse en la carpeta al frente suya, con el simple objetivo de tener más accesibilidad de poder molestarlo un poco.
Se volvió el pan de cada día en aquellos días.
Claro que lo molestaba como un mejor amigo que era.
Para el ojimiel era una tortura esa etiqueta, a tal punto de querer hacerlo llorar de frustación.



~(...)~

–Hey, Ta—

Se interrumpió bruscamente a sí mismo al notar que su amigo no estaba solo.

–Oh, ¡Jacob!

León se apresuró en abrazarlo.

–León... Qué sorpresa verte aquí...

Su presencia siempre abarcaba todo el tiempo de Tadeo.
Esa era la principal razón por la cual aprovechaba al máximo su tiempo de asusencia.

–¡Sí~!

Lo abrazó aún más fuerte.

–Estoy muy feliz de estar de vuelta, Jacob~ ¡Los extrañé mucho~!

Apesar de ser una piedra en el camino de sus planes del poder estar a solas con Tadeo, era el menor de la clase y no tenía muchos amigos; debía de ser difícil...

–También te extrañamos...

Le correspondió el abrazo.

–Emm... Oigan...

Por el contrario, Tadeo volvía tener esa misma sensación agria en su boca.
Una extraña sensación que corría por su cuerpo completo al ser testigo de este tipo de escena.
No le gustaba.
No le gustaba en absoluto.

–Ah...

Se dió cuenta por sí mismo del egoísmo de sus propios pensamientos. 

"¿Desde cuándo me volvi asi...?"
"¿Qué me sucede?"
"Jacob... León..."

–Bueno, las clases están a punto de iniciar. Vamos entrando, chicos.

Jacob caminó hacia clase después que León entrara.
Hasta ser detenido por Tadeo que inconscientemente había halado de su manga. 

–¡Ah! ¡Perdón!

El menor, al darse cuenta de su acción, se separó notablemente nervioso por su accionar.

¿Qué le sucedía?

–Tadeo, ¿estás bien?

Se acercó, peligrosamente, intentando ver algún indicio de lo que le ocurría.

Te protegeré    [•Jupiter x Tierra•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora