Siempre fuiste el único (2/3)

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Se levantó a causa de una extraña hambre que le entró de golpe.

Miró a su lado y, como era de esperarse, estaba su novio de pelirrojos cabellos descansando con una paz imperturbable...

Era notable que Jacob estaba soñando algo sumamente agradable... No quería tomarse el riesgo de despertarlo.

Intentando ser lo más silencioso que fuera posible, caminó hacia la cocina antes de abrir el refrigerador.

Vacío.

Había olvidado que anoche se usó todos los ingredientes que quedaban en la cena.

Era día de compras.

Aún siendo las 4 de la mañana, se vistió velozmente para después encaminarse a la tienda de conveniencia.

Él sabía perfectamente que su estómago no lo dejaría en paz hasta comer algo consistente. 

Apenas entró, automáticamente se dirigió a la sección de frutas y verduras.

Estaba pensando en sorprenderlo esta vez.

Preparar algo que Jacob ame. 

En momentos así, se alegraba el saber todo, absolutamente todo, de su pareja.

–Pie de manzana...

Una sonrisa se dibujó en su rostro al imaginar los ojos brillosos de Jacob al observar su creación.

Le faltaba harina, manzanas, azúcar, mantequilla, huevos...

"¡Listo!"

Al tener todo, se dirigió a caja.

–Gracias por su compra~

Esa sonrisa boba no parecía que iba a desaparecer.

Nada podía arruinar este día.

–Tadeo~

Esa voz...

Era inolvidable.

Se dió la vuelta lentamente, esperando que no fuese esa persona.

El partícipe de tantas pesadillas en su adolescencia que lo acompañaron hasta la juventud.

Pero todo ruego fue inútil.

Vió los mismos ojos vacíos de aquella época.

Ese mismo tono plateado pálido.

–Amigo~ Cuánto tiempo...

–Sí...

Hizo enormes intentos de no trabarse con sus propias palabras.
No debía demostrar el gran temor y miedo que me provocaba el simple hecho de oler esa misma colonia.

–Estoy algo ocupado ahora... Me tengo que ir, León.

Empezó a caminar rumbo a su departamento.

Todo su cuerpo le gritaba que saliera de ahí. Jacob lo estaba esperando.

–Pero que descortés de tu parte irte sin antes hacer una conversación conmigo... Amigo.

Él ya no era como antes.
No era aquel niño con una sonrisa inocente e infantil que transmitía su bondad y felicidad infinita.

No desde que...

–¿De qué hablaríamos...?

Quería correr hacia los brazos de Jacob, aquellos en los que se sentía seguro.

–Ah~ No lo sé. Tal vez del cómo has estado, del qué has estado haciendo todos estos años...

Paró de caminar de lado a lado sólo para volver su mirada a los temerosos de Tadeo.

Te protegeré    [•Jupiter x Tierra•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora