One-shot's (TsuMioda)

"La promesa"

Era algo usual, los golpes, maltratos, insultos o garabatos propinados hacia la enfermera, simplemente suprimía su dolor mientras que ella se encontraba en el suelo de uno de los jardines de la academia pico de la esperanza, realmente no deseaba ser una molestia para alguien, sus cosas se encontraban en el suelo justo como ella, y solo cerró sus ojos esperando que aquellas tres personas que estaban causándole tal experiencia amarga se aburrieran de ella y se marchasen o alguien apareciese, sin embargo no tuvo tantas esperanzas de su segundo pensamiento, sabía que nadie aparecería en ese momento, mientras pensaba no tardó demasiado en notar que  ello se cumplía, ya que en en el lugar una voz paró aquellos maltratos que recibía, al abrir sus ojos notó a una silueta parecida a una chica frente suya que se interponía entre aquellos abusadores y ella. Su impresión fue bastante, ¿Alguien le defendía?, ¿Quién? No podía pensar en el hecho de que alguien le defendía en tal situación.

— ¡Es suficiente!

Gritó la misteriosa chica dirigiéndose a las personas frente a ella haciendo que estas palabras callaran aquellos insultos, haciendo que el ambiente se volviera pesado y en cierta forma tenso; luego de unos segundos uno de los abusadores con mala cara le mirara de reojo y solo se apartara diciendo lo siguiente con una voz rasposa.

— ¡Tch! Vamónos, me aburre esta cerda inútil.

Dijo entredientes mientras se alejaba, las dos personas restantes le siguieron el paso alejándose y dejando a ambas chicas solas.

La enfermera sin entender porque la chica había intercedido por ella no pudo evitar mirarle de reojo, de cualquier forma no quería molestarla hasta que su contraria rompió aquél ambiente abrumado de silencio.

— ¿Puedes levantarte?

Preguntó mientras le miraba sobre su hombro a la nerviosa enfermera que se mantenía confundida por la situación, cuando dejó sus pensamientos de lado por unos segundos se dió cuenta que había dirigido una pregunta a su persona, inmediatamente en su estado nervioso usual inició a hablar no sin antes reprenderse a sí misma por darse cuenta de aquello varios segundos después.

— ¡L-l-lo siento! .. E-en realidad n-no debiste.. i-intentar .. ayudarme..

— Ibuki no se iba a quedar de brazos cruzados.

— ¿E-eh? .. P-pero n-no era necesario.. me a-acostumbré a ello..

— Ibuki dijo que no se iba a quedar a ver sin hacer algo al respeto, debía hacerlo.

Las respuestas de las chica eran cada vez más el motivo del asombro y desconcierto creciente de la enfermera; sin embargo no podía olvidar sus propias heridas y rasguños que habían comenzado a arder un poco, la chica al seguir observándola notó en su rostro una pequeña mueca de dolor que desapareció al momento, seguramente no quería mencionar el tema, quizás.

Pensando en ello se volteó totalmente quedando frente a frente con la herida enfermera que sin quejarse pensaba en esperar que aquella chica se retirara para comenzar a observar sus heridas e intentar curarlas, cuando sintió la vista fija de su "acompañante" no pudo evitar hacer que su nerviosismo creciese más.

Sin poderlo controlar miró de reojo en su dirección para observar a quién estaba frente a ella, con una apariencia extravagante acompañados con unos "cuernitos" al parecer y distintos mechones con los colores rosa, azul y blanco, y unos ojos de pigmento rosa oscuro que estaban sobre ella, no podía evitar perderse con aquellos ojos para luego darse cuenta que le había estado observando por bastantes segundos haciendo que al instante mirara al suelo, no quería incómodarla.

Cuando la chica vió que apartó su vista de ella soltó una pequeña carcajada, tomó la mochila de la enfermera y se acercó agachándose frente a ella para entregársela. La enfermera seguía inmersa en sus pensamientos, aunque aún no sabía porque le había mirado por tanto tiempo intentaba calmar su nerviosismo queno parecía ceder. Sus pensamientos fueron interrumpidos al verla incluso más cerca suyo, al observar que le estaba entregando su mochila con una de sus manos dudosa la tomó con cuidado para luego escuchar de nuevo la voz de ella.