unica parte

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— Ven, pasa, y, de nuevo, lamento haberte chocado con mi bicicleta — la chica hace una mueca mientras abre la puerta de su casa y suspira, viendo al lindo chico que chocó hace rato.

— Oh, descuida, yo no veía por dónde iba — el rubio intenta calmarla y sacude su cabello, el cual tiene hojas.

En realidad, Niall si veía por dónde iba, y esa chica había salido de la nada. Gemma no niega ni afirma haberlo chocado a propósito para tener una excusa para que entre a su casa y curarle las heridas en su bello rostro.

— Espérame en la sala, no tardo— Gemma desapareció por el pasillo a toda velocidad, con una sonrisa en su cara. No creía en el amor a primera vista, pero este chico era tan hermoso, que quizás sea la excepción.

El rubio jugaba con sus manos en la sala, esperando a la chica para poder largarse de ahí. Se había dado cuenta de la manera en que ella lo miraba y no se sentía para nada cómodo. Él solo quería un poco de paz, caminar con sus auriculares puestos y perderse en sus pensamientos, tal vez ver chicos, pero principalmente despejarse un poco de la escuela.

De una puerta blanca, suponía que era la cocina, salió un chico bastante alto con cabello castaño rizado y algo largo. Estaba con un paquete de galletas en la mano y se dirigía hacia las escaleras. Era el chico más hermoso que Niall había visto en sus cortos dieciocho años.

El castaño notó su presencia, girándose a verlo. Niall se sonrojó por completo y abrió la boca para decir algo, pero el chico frente a él no dejaba de verlo confundido, haciéndole imposible siquiera pronunciar un "hola".

El chico no parecía de más de diecinueve años, cabello rizado y unos ojos verdes que hacían que el rubio se sonroje en demasía.

La chica, Niall cree recordar que se llama Gemma, regresa con un botiquín de primeros auxilios y mira al chico castaño.

— ¿Harry? ¿No se suponía que estabas en tu cuarto? — el tono de fastidio que utilizó la chica hizo sentir aún más incómodo a Niall, haciendo que baje su vista a sus zapatillas.

Harry.

Niall pensaba que era un lindo nombre para un lindo chico.

— Es mi casa también, puedo ir a la cocina por galletas — respondió el chico y Niall soltó una pequeña risita inoportuna. Pero así era él, se reía en los peores momentos.

Se formó un silencio incómodo, el cual Gemma rápidamente rompió. — Harry, él es Niall, lo choqué sin querer con mi bicicleta — admitió sonrojada y le sonrió al ojiazul.

El chico dejó las galletas y se limpió las manos en su camisa, para luego estrechar una con la de Niall.

— Un gusto— el rubio sonrió tímido. El rizado asintió con la cabeza y bajó la mirada hasta sus manos estrechadas. Niall la separó rápidamente y la metió en su bolsillo nervioso.

—Ahora te puedes ir, hermanito— él la miró con mala cara antes de volver a subir las escaleras comiendo las galletas.

— Y-yo, uh, debo... — olvidó por completo la idea de marcharse, mirando a un punto fijo y pensando en el bonito chico de cabello rizado.

— Ven, el golpe te afectó la cabeza— Gemma rió un poco y lo obligó a tomar asiento, comenzando a curar sus heridas.

• • •

Habían pasado tres meses.

Tres meses desde que Gemma había chocado a Niall.

Tres meses donde Niall iba todos los días a la casa de Harry y Gemma, solo para ver a Harry.

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