All Over Again (L.H.) (TERMINADA)

Capítulo 3: El tiempo pasa, algunas personas cambian....

Me paré un minuto a observar la escuela. Exceptuando la blanquecina pintura de las paredes, no había cambiado nada: el mismo gran edificio de 4 plantas; las grandes ventanas con las manijas oxidadas; el mismo olor a frito que provenía del buffet; la misma gente semi-dormida por despertarse temprano luego de un verano de pura diversión... Bueno, tal vez no toda la misma gente que hace cinco años, pero aun así me sentía en mi hogar nuevamente. Nunca creí que iba a extrañar la escuela, pero así fue, y me alegra haber vuelto.

Fui a pedir mis horarios y a comprobar a qué aula debía ir. No necesitaba de un mapa, conocía este lugar tan bien como la palma de mi mano, aunque lo acepté de todas formas para disimular. Entré en el aula y reconocí en menos de dos segundos a mi vieja mejor amiga, Katelyn. Me moría de ganas por correr a abrazarla, por decirle que era yo, por decirle cuánto la extrañé, pero debía controlarme. Me acerqué lentamente y le hablé con timidez:

—Disculpa —comencé y ella levantó la cabeza—, ¿te molesta si me siento contigo?

—En absoluto, siéntate —me sonrió ella—. Soy Katelyn.

—Camille —estrechamos las manos.

—No tienes aspecto de estadounidense.

Reí.

—No, vengo de Toronto. Ayer llegué aquí.

—Así que canadiense, ¿Cómo has terminado aquí?

—Trabajo de mis padres, ya sabés, viaje de negocios.

—¿Te quedarás aquí luego de graduarte?

—Si, esos son mis planes. Quiero quedarme, este parece un buen lugar para vivir.

—Lo es, te lo aseguro.

Seguimos conversando hasta que llegó el profesor de nuestra primera materia: matemática.

—Amo matemática.

—Igual yo —respondió ella.

Lo sé, amiga.

—¡Wow! No es muy común que a la gente le guste esta materia.

—Al menos es una ciencia exacta, no como filosofía.

—Ni me lo digas.

El profesor comenzó a hablar, pero fue interrumpido por unos golpecitos en la puerta. Cuando la abrió pude divisar a Logan diciéndole algo en voz baja, seguramente una disculpa por su retraso, porque el profesor respondió "Que no se repita". Logan se encogió de hombros y se sentó detrás de nosotras. Yo me abstuve de voltearme, no quería ver su cínica sonrisa de nuevo. Aún no terminaba de entender qué demonios lo ocurría, él nunca llegaba tarde, ni tenía malos modos, ni nada de eso. Había cambiado mucho.

—Logan Henderson, el idiota del curso.

—Ya tuve el placer de conocerlo, es mi vecino.

—Me compadezco de ti, amiga.

—Veo que la rata de campo conoció a la de la ciudad —dijo él.

Ambas nos volteamos para fulminarlo con la mirada.

—Mira, James, hasta coordinan su movimientos.

El chico que respondía al nombre James me miró y yo a él.

—James —Logan lo llamó nuevamente, y James reaccionó.

—Si, parece que ya tomaron confianza.

—Por supuesto, dos ratas de biblioteca hablan el mismo idioma.

—Vuelve a decirnos ratas y...

—¿Y qué...?