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Louis acomodó su cabello, estaba triste y enojado pero quería lucir decente para aquel chico, se sentía tan nervioso que tenía la sensación de que jamas iba a verse bien, pero conformandose con lo que veía en el espejo se dió por vencido. Descubrió sus brazos y decidió llevar una playera sin mangas, no volvería a ocultar sus tatuajes y si a el le gustaban entonces le gustarían a los demas a parte de que a su chico le encantaba como lucían en el. Cepilló sus dientes y colocó colonia en su cueyo y el torso quedando con un aroma delicioso. No se sentía listo, pero lo estaba.

Bajó las escaleras lo mas rápido que pudo no sin antes tomar su celular y algo de dinero de su cajon y cuando llego a la primera planta de su hogar se encontró con su madre sentada en el sofá, llorando, de nuevo.

"¿Fue muy rudo esta vez?" Preguntó lo más comprencible que le fue posible.

"Algo, ya sabes, lo normal." Pauso buscando palabras "Por favor perdoname todo esto mi amor. Te prometo que va a terminar pronto"

"Mamá se que lo haces por nuestro bien. Y claro que acabará pronto, estoy seguro de ello"

"Yo tambien lo estoy cielo."

"Te amo."

"Yo más. ¿Vas a salir?" Cuestionó Jay limpiando el resto de lágrimas.

"Si, hoy veré a alguien."

"Cuidate mucho y ten mucha suerte con quien sea que irás"

"Bien ma, más tarde vuelvo."

"Te esperaré"

Louis beso su frente y salió de su casa intentando inhalar y exhalar lo mas lento que podía para calmarse. Los primeros 5 minutos caminó, se recalcaba que quería ir lento para pensar lo que le diría a "su chico" al encontrarse con el, pero después se vió a si mismo exasperado por no poder arribar mas aprisa y comenzó a correr lo mas rápido que sus pies le autorizaron. 5 minutos mas necesitó para encontrarse en la heladería a lado del zoologico en la que se vería con aquel chico que por primera vez en 7 meses vería.

Se sentó fuera de este domicilio buscando alguna cara que se familiarizara con la cara que imaginaba que era de su chico pero nada le daba señales, y ninguno se parecía a quien el tenía en mente. Estaba desesperado y se sentía impotente al no saber que hacer, al no saber que gritar o a quien buscar, sin embargo aquí se encontraba.

Hasta que, al voltear a la entrada del zoologico, que estaba a unos 200 metros más o menos divisó a alguien que jamás se imaginaría visitando el zoológico o una heladería, mucho menos sólo.

Se descubrió examinando gradualmente a aquel chico que lo tenía totalmente loco, vislumbrando cuidadosamente cada movimiento que su cuerpo hacía al estár vivo, la forma en la que miraba a un punto fijo, lo confiado en si mismo que lucía, sus manos libres yendo de allá para acá al compás de sus pasos, ahí se encontraba contemplando la forma tan despreocupada de caminar que tenía; sus largas y formadas piernas forradas por aquel skinny negro pegado, su playera blanca que, por más sencilla que fuera, en el lucía tan espectacular, que Louis, aparte de estar perdidamente enamorado de el, sentía un poco de resentimiento. El pensaba que cualquier cosa que Harry llevará encima lo haría lucir tan jodidamente precioso, (estaba seguro de que hasta desnudo a veía bien) en cambio el con la ropa más costosa, se veía tan neto, carente y exento. Pero no le dio importancia a eso, lo dejó de lado y mejor se concentró en lo perfecto que era Harry, en lo suertuda que era la chica que lo tenía, en lo gafe que era el por no tenerlo y en lo nervioso que se estaba poniendo cuando vio que Harry se dirigía hacia donde el se encontraba.

Sus manos comenzaron a sudar y a temblar ligeramente, Louis amaba a Harry, pero gracias a los hechos actuales y a los de nuevo constantes malos tratos de Harry el amor que Louis sentía hacia el no hacía que dejará de tenerle miedo, pues este pensaba que su forma tan cruel y vil de ignorarlo despues de todo lo que había pasado entre ellos dolía mas que los duros golpes de Down y Andrew.
Se acomodó en su asiento y volteó para la izquierda intentando perder de vista la penetrante mirada que el rizado le dedicaba, pero era la persona mas masoquista que conocía y por ende volteó de nuevo sólo para encontrarse con aquellos hermosos ojos verdes viéndolo a no más de 70 centimetros de distancia.

Angel. // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora