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Entro junto a mis padres al lugar asignado para la ceremonia de reconocimiento el cual resulta ser el estadio en el que cada tres años se presentan los juegos olímpicos de la academia. Caminamos entre la multitud buscando un espacio disponible para sentarnos. Mi padre me toma del brazo repentinamente mientras que mi madre se adelanta un poco y nos dirige una mirada que dice muchas cosas, cosas que yo no logro entender.

—Agaziss, quiero hablar contigo sobre algo importante- dice mi padre mirándome con seriedad. Yo asiento y espero a que él continue —. Te hemos explicado bien lo que sucede en estas ceremonias, ya sabes muy bien que AGATA no se equivoca en el resultado y que, con la mínima pizca de tu sangre, sabrás de lo que estas hecha.

—Sí padre, lo sé bien.

Él mantiene su mirada fija en mis ojos, pero algo me dice que no es a mí a quien mira. Sus pensamientos divagan lejos, en algún sitio de su mente él observa algo más que solo el color verdoso de mi mirada.

— ¿Padre?— Agito levemente sus manos esperando que vuelva a mí—. Papá, continua. Se hace tarde.

Poco a poco él parpadea volviendo en sí.

—Oh, hija lo lamento. -Sus manos están temblando—. Agaziss, quiero que me escuches con atención y me prometas una cosa.

—Lo que sea papá, solo dime.

—Por favor, por lo que más quieras...—Él detiene sus palabras un momento, pero algo lo impulsa a escupirlo sin más rodeos—...Te suplico que no uses tu sangre para la prueba.

¿CÓMO?mi mente no concibe las palabras que acaba de escuchar, esa pregunta quiere brotar fuertemente de mis labios, pero algo las retiene. Mi padre se apresura a hurgar en su traje, está buscando algo en sus bolsillos. Finalmente, saca de ellos un pequeño frasco que contiene un líquido muy espeso de color rojo.

— ¿Eso... eso es sangre?- Logro titubear. Él ignora mi pregunta.

—Cuando sea tu turno, deberás entrar a la capsula y en vez de cortar tu piel, mancharas con esta muestra la bandeja- Se apresura a tomar mi mano derecha y mete en el guante el pequeño frasco. —Rómpelo apretando la mano, el vidrio no va a herirte, está hecho para diluirse cuando es roto—Explica él moviéndose rápidamente-. Luego, te pondrás la venda en el sitio de tu supuesta herida. Nadie se dará cuenta de que no hiciste la prueba con tu propia sangre. La máquina leerá la muestra como si fuera tuya y el poder que salga será el que debes fingir tener.

— ¿FINGIR? ¿Cómo pretendes tú que yo pueda ser capaz de esto?— Mis ojos se pierden en su mirada y trato de contenerme para no salir corriendo.

Quiero gritarle a mi padre, preguntarle la razón de tal cosa, decirle lo obvio; que si la muestra de sangre no es mía, el poder que salga, por lógica, no será mi verdadero poder y que de esa forma nunca podré descubrir cuál es el mío, hacerle ver lo que él mismo sabe ya, que eso me traería graves problemas y no solamente a mí, sino a toda la familia, que cómo lograría hacer algo en la academia Gleenderclaw si mi verdadero poder no era descubierto, sería descubierta el primer día de clase, si no es que antes. No podría fingir que tengo un poder, de ninguna manera iba a hacerlo. Tengo ganas de decirle todas esas cosas y más, pero lo único que hago es mantenerme inmóvil frente a él.

—Sé lo que debes estar pensando, sé que en este momento tus dudas son infinitas hija, lo sé, lo sé, lo sé... Pero como tú ya bien conoces, el virus TRUN ha atacado más que nunca este año y no hemos encontrado forma de detenerlo, Agaziss, tal parece que no hay cura para esta enfermedad. Sus palabras penetran como un viento frío por todo mi cuerpo —.Te lo suplico, Agaziss has lo que te pido. Todo va estar bien, tu madre y yo intentaremos cubrirte a ti y toda la evidencia ya está borrada. No dejaremos que nada malo te pase. El poder ya está planeado y podrás fingir tenerlo, serás luchadora. Ese poder es de los pocos que no necesitan más que solo tus propias fuerzas y agilidad. Tendrás que trabajar duro.

El secreto de las esferas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora