Desperté debido a los malditos rayos de Sol que penetraban mi cara. Miré el reloj. Genial, 7:30 am, en un domingo y en mi único día de descanso. MALDICION. Tiré mis sábanas hacia atras cabreada, levanté mi culo de la cama y cerré las cortinas para que así las maldita luz se esfumara. Dí media vuelta y volví ha acostarme en esa fabulosa cama que me llamaba, pidiéndome –a gritos- que volviera a enredarme en esas suaves sábanas. Me acomodé, cerré los ojos abrazando mi almuhada y traté de volver al mundo de los sueños.
Estaba ya en mi cabeza a punto de besar a Dylan O'brian cuando un ruido estruendoso y odioso me llevó nuevamente al mundo real. Gruñé tomando mi celular y apague la alarma, ¿Quién es tarada y se le olvida apagar su alarma? Pues yo, si, merezco un puto premio. Me senté en la cama mirando un punto fijo, froté mis ojos conté hasta 20 para levantarme. Me estaba preparando mentalmente para levantar mi trasero cuando el golpe de la puerta de entrada llamó mi atención, ¿quién vendría a las 8 de la mañana de un domingo?. Salté de la cama y me dirigí a la puerta, giré lentamente la manilla y la abrí dejándola unos centímetros entre abierta. Mi cara se iluminó. Abrí la puerta completamente y salté a sus brazos.
—Wow,wow. Parece que alguien hoy despertó de buen humor—Marcus río acariciando mi pelo—¿A qué se debe tanta felicidad?
—Tú—susurré como niña pequeña con mi cabeza enterrada en su pecho-Tú me haces que los días malos sean buenos—dije levantando mi cabeza mirándolo directamente a esos penetratentes ojos cafés. Él sonrió ampliamente. Dios,debería ser un delito poseer esa sonrisa, dientes blancos y perfectos, y un adicional... oyuelos. Sí, día tras día estoy cada vez más convencida que tengo al novio perfecto. Tomó mi rostro entre sus manos acercándose lentamente, depositó un pequeño beso en mi frente, luego bajó hasta la punta de mi nariz, deteniéndose y retrocedió unos milímetros observando mis labios para luego cortar esa distancia y besarme. Oh Dios, también deber ser un delito besar de esta manera. Luego de unos minutos, ya no podía sentir mis labios, nos separamos unos milímetros mirándonos directamente a los ojos. Sonreímos al mismo tiempo, y volvió a depositar un pequeño beso en mis adoloridos labios— Te amo— susurró. Sonreí abrazándolo fuertemente.
—También te amo—dije apretándome a su cuerpo—Pero,¿qué haces tan temprano por aquí?—Me separé para mirarlo— ¿Pasó algo?—Dije preocupada, ¿quién visita a su novia a las 8 de la mañana de un día domingo? Él sonrió -nuevamente para enamorarme más-
—Quería invitarte a desayunar, disculpa si te desperté—Se encojió de hombros. Dios, lo amo.—Si quieres volvemos a la cama–Me miró coquetamente y agarró mi cintura levantándome del suelo. Puse mis brazos alrededor de su cuello y rodié su cintura con mis piernas soltando una carcajada.
—Ya no puedo conciliar el sueño cariño.—Hice puchero— Así porqué no mejor vamos a ese delicioso desayuno que pensabas invitarme— Marcus apretó levemente mi cintura frunciendo el ceño levemente para luego soltar su agarre. Suspiró pesadamente, cosa que me llamó la atención.
—¿Ya no me amas más?—Pregunto aún con el ceño fruncido.
—¿De qué estás hablando?—Arqueé mi cabeza.¿Qué le estaba pasando? Agarró mis muñecas con ambas manos y las apretó con fuerza—¡Marcus!—grité—¡Sueltame, me haces daño!
—Respóndeme Hope,¿ya no me amas?—Se acercó a mi rostro tomándome con fuerza. Traté de safarme de su agarre pero su fuerza era cien veces mayor que la mía.
—Claro que lo hago, Marcus, ¿qué te ocurre?—Nunca lo había visto actuar de esta manera. ¿Que coño pasaba? Marcus,acercándome más a su cuerpo con una fuerza tremenda, me miró con frialdad. Una frialdad que nunca pensé que vería en sus hermosos ojos. Su mirada era fría, penetrante, era como... si un demonio estuviera en su cuerpo.
—¿Porqué cada vez que te digo que vayámos a la cama me rechazas?,dime, ¿acaso ya no te gusto?—Sentí su respiración acelerarse a cada segundo. Tragué saliva–Acaso... ¿hay alguien más?—Escupió, dejándome atónita. Negué con la cabeza varias veces con brusquedad.
—No Marcus, no. ¿Cómo puedes pensar esas cosas? ¡Yo te amo!
—¿Entonces porqué me rechazas?—dijo seriamente—
—Cariño no, no te rechazo—Dios, ya no sentía mis muñecas—Es sólo que, me invitaste a desayunar, ¿recuerdas?—sonreí nerviosamente—Desperté con un gran apetito, y sólo quiero ir a desayunar,¿está bien?—Trate de no parecer nerviosa, de no dejar que las palabras salieran tan rápidamente de mi boca para no atropellarme con ellas. Marcus soltó lentamente mis muñecas,, hasta dejarlas libres. Su respiración comenzó a tranquilizarse, miró por unos segundos mi rostro para después bajar lentamente hacia mis muñecas. Mierda, ¿mi piel podía estar de ese color? Pasé una rápida mirada a mis muñecas para luego mirar a Marcus. Su rostro estaba cambiado, su mirada solo expresaba culpabilidad y arrepentimiento. Me rodeó con sus brazos escondiendo su rostro en mi cuello. Soltó un sollozo... esperen,¿estaba llorando?
—Perdóname—trató de decir—Lo siento mucho, no quise herirte amor, no sé qué me pasó—dijo entre lágrimas.Respiré hondo. ¿Qué había ocurrido? Traté de procesar los últimos 10 minutos. Miré a Marcus que estaba enterrado a mi,sollozando. Madre mía, nunca lo había visto así. Me aparté para poder mirar su rostro y pasé mis manos por sus mejillas, secándole sus lágrimas.
—Hey—traté de sonreír— está bien, todo está bien. —acaricié su rostro para calmarlo— Estoy bien Marcus—me miró por unos segundos, para después darme un corto beso.
—Lo siento mucho—susurró— Prometo que nunca volverá a pasar—sonrió, pero sus ojos no brillaban.
—Está bien,¿sí? Iré a cambiarme —dije dándome media vuelta y camine hacia mi habitación. Tomé el primer vestido que vi y unos zapatos bajos. Me vestí tratando de luchar contra las lágrimas que amenazaban con salir. Respiré ondo y conté hasta 10. Me peiné rápidamente, cepillé mis dientes y lavé mi cara, luego volví a la sala, tomé mis llaves que estaban en una mesita de centro y me devolví hacia Marcus— Estoy lista, ahora vamos por ese desayuno.—Marcus sonrío y me llevó afuera de mi apartamento. Cerré la puerta con llave, y tomé su mano. Algo no andaba bien. Podría decirle a él que todo estaba bien, pero no lo estaba. Me convencí a mí misma que lo que había pasado minutos atrás no era importante. Sólo una tonta pelea. Pero algo me decía que que todo cambiaría. Por primera vez sentí miedo. Miedo de él.
NOTA: Esta novela es de material explícito y fuerte. Espero no dañar la sensibilidad de nadie.
NOTA: Hoooola, si hay alguien ahí xd gracias por leer!<3
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Hope.
Non-FictionHope es una chica normal, con deberes normales, amigos normales, novio normal, familia normal. Ella, enamorada completamente de su novio Marcus, se ve un futuro lleno de felicidad, sin preocupaciones. Tal vez, felizmente casada, con dos hijos, un pe...