Traté de no pensar más en ese tema. Me prometió que nunca pasaría,¿verdad? Además, estaba muy arrepentido, así que sólo lo dejaré pasar. Al bajar al estacionamiento, nos subimos a su coche y condujo hacia mi cafetería favorita que quedaba en el centro. Yo vivía a 15 minutos en coche del centro, en un pequeño edificio, con solo 12 vecinos. Con un conserje cerca de los 70 años llamado Max, muy simpático y alegre por cierto. Siempre me recuerda a mi abuelo materno, al cual admiraba y amaba con todo mi ser y el cual murió hace tres años y dejó un gran vacío en mi vida. Lo extraño. Y, hablando de familia, mis padres viven a las afuera de la ciudad, cerca de la costa. Los visito todas las semanas para nuestra "cena familiar", la cual también incluye a mis dos hermanos porsupuesto. Bueno, una familia la cual cualquiera podría llamarla "normal". Pero bueno,¿cómo llegué aquí?. Sencillo. Termine mis estudios en esta ciudad, mis padres me ayudaron a encontrar un pequeño departamente y desde entonces vivo independientemente. Se preguntarán,¿qué clase de padres dejan a su hija vivir sola, en una ciudad que apenas conocen, sin una "supervisión"? Pues, aquí entra en juego mi querido mejor amigo Jake. Jake es mi compañero de vida, nos conocimos en la escuela primaria, cuando un idiota metió mis trenzitas en cola y me estaba obligando a metermelas en la boca. Jake llegó al rescate, empujó al idiota, y lo obligó a comerce su propia cola y a pedirme disculpas. Desde ese día Jake siempre venía al rescate, siempre cuidaba de mí y yo siempre cuidaba de él. Entonces, mis padres me dejaron ir con la condición de que Jake me acompañara. Y por supuesto, felizmente aceptamos. Ahora él vive a unas cuadras de mi edificio con su compañero de cuarto, Drew, el cual es "un buen chico". Comencé a recordar mas anécdotas de Jake y yo, estaba tan consumida por mis pensamientos que no me dí cuenta que ya estabamos sentados con Marcus en nuestro puesto. Llamamos a nuestro camarero habitual.
—Hola chicos—Nos saludó José—¿Que quieren servirse?—dijo sacando una pequeña libreta de su uniforme.
–Yo quiero uno café con panqueques—dijo Marcus mirando el menú para luego mirarme a mi—¿Y tú cariño?
—Yo lo mismo de siempre—le sonreí a José. Él asintió alegremente y se alejo para pedir nuestro desayuno. Marcus puso sus manos arriba de las mías llamando mi atención. Me sonrió, pero aún su sonrisa no llegaba a sus ojos. Le sonreí devuelta tratando que captara mi indirecta de que todo estaba bien. Pasó una mano sobre su pelo castaño.
—¿Qué quieres hacer hoy cariño?—preguntó —¿Quieres ir ha algún lado? ¿Tal vez alguna película?
—Ay amor—me encogí de hombros—Hoy he quedado con Jake, le prometí que le ayudaría con sus fotografías
—¿Jake?— su mirada volvió a oscurecerse. Pasó nuevamente una mano por su pelo, notoramiente incómodo—Había preparado este día para nosotros—dijo entre dientes—Sabes que él no me agrada,Hope,¿cuántas veces debo decírtelo?—golpeó la mesa con una mano llamando la atención de algunas personas. José llegó con nuestros pedidos y mirando incómodamente la escena. Dejo el pedido de Marcus y luego el mío, me miró preocupado.
—¿Está todo bien?—preguntó José. Marcus lo miro secamente, rápidamente asentí de una manera brusca hacia José
—Sí José, todo está bien—traté de sonreír— Gracias—aparté la mirada hacia él y miré mi plato. Se alejo vacilante, no muy convencido. Miré a Marcus que aún me miraba de una manera dura. Literalmente podía escuchar sus dientes apretándose—Marcus, sólo lo ayudaré con unas fotografías, nada más. Serán sólo unas horas, prometo que tendremos toda la noche para nosotros—Me miró de una manera poco convencida. Tomó su cuchillo y tenedor comenzando a cortar los panqueques con brusquedad.
—Te esperaré fuera de tu apartamente. Estaré a las 6 en punto. ¿Está bien?—dijo bruscamente—Espero verte ahí—Dejó de cortar para mirarme unos segundos. Sentí como me atrevesaba con la mirada, sentí un vacío en mi interior, sentí hasta escalofríos. Sólo asentí levemente y comencé a desayunar. Dios, ¿qué está pasando?
Necesitaba a Jake.
Al terminar de desayunar, Marcus pagó la cuenta y me llevó hacia la salida. Entramos a su coche y condujo hacia el edificio de Jake sin decir ninguna palabra. A ratos lo miraba de reojo, pero mantuvo su mirada fría hacia la calle, sin ninguna expresión en su rostro. Suspiré y miré mis manos, odiaba que Marcus se comportara de esa manera, ¿por qué era así? , ¿hice o dije algo malo?, ¿yo tenía la culpa? Marcus frenó bruscamente sacándome de mi cabeza, apago el motor y se giró hacia mí. Sus ojos no habían cambiado, seguía esa expresión indiferente y fría.
—Te llamaré cuando esté en camino hacia tu casa—dijo inexpresivamente. Sólo logré asentir y abrí la puerta del auto, saliendo de el. Me incliné hacia la ventana luego de haber cerrado
—Nos vemos—logré decir. Marcus asintió secamente prendiendo el motor—Adiós– dije.El auto se hecho a andar y despues de unos minutos desapareció de mi vista. Caminé hacia la entrada del edificio y antes de entrar, me senté en las escaleras. Tomé aire y luche contra mis lágrimas para no hecharme a llorar a mares. ¿Qué he hecho? ¿qué he hecho para que Marcus se comporte así? Estuve aproximadamente 20 minutos tratando de calmarme, hasta que me decidí levantarme y entrar. Saludé al conserje que ya me conocía, y tomé el ascensor. Me baje en el décimo piso y caminé al departamento 504. Toqué la puerta. Drew abrió, sólo estaba con una toalla alrededor de su cintura. Tenía su cabello rubio ondulado mojado, y pequeñas gotas caian por todo su torso desnudo. Sonrió al verme.
—Vaya,vaya. Miren quién está aquí—Se apoyó en la puerta— Si es Hope-piernas-sexys—dijo mordiéndose su labio inferior—Que te trae por aquí, muñeca.—Puse los ojos en blanco cruzándome de brazos.
—¿Así es como tratas a tus visitas?—arqueé un ceja—Vengo por Jake
—Sólo a ti te atiendo de esta manera, gatita—me guiñó el ojo e hizo un movimiento con sus cejas. Dios,¿es enserio?
—¿Quién es Drew?—Jake gritó desde el interior— ¿A quién ya estás molestando?—Se acercó a la puerta clavando sus ojos en mi. Sonrió automáticamente al verme, al igual que yo—Si es mi querida Hope—empujó a Drew al interior del departamente con el ceño fruncido— Ve a vestirte, maldita sea.—solté un carcajada al ver a Drew luchando para que la toalla no se le cayera mientras trataba de no perder el equilibrio. Le levantó el dedo de al medio a Jake para luego marcharse a su habitación. Jake volvió su mirada a mi y me rodeó en sus brazos—¿Cómo esta la mejor amiga del mundo?—me balanceó de un lado a otro—Ven,entra—entré aun estando en sus brazos, luego me liberó sonriendo.—Gracias por ayudarme con mis fotografías, enana.
Solté una carcajada.
—Primero que todo, me ganas por unos centímetros—Sinceramente, soy un poco más "alta" que el promedio, nunca fui fanatica de mi altura, no me gustaba, pero tampoco lo odiaba, aunque medir 1.70 no esta tan mal, puedo rescatar que tengo largas piernas, algo bueno supongo— Y segundo, de nada—sonreí— ¿A dónde es el rumbo, capitán?
Jake río
—Hoy nuestro objetivo es el sur, señorita—dijo guiñándome. Se colgó su cámara en el cuello,tomó sus llaves del bolsillo de una chaqueta que colgaba atrás de una silla y tomó mi mano—Drew vuelvo en unas horas, por favor, intenta no traer más putas al departamento—dijo cerrando la puerta de entrada detrás de nosotros. Alcancé a oír un reclamo de Drew, pero no del todo, creo que dijo algo sobre su pene. Jake me condujo hacia el ascensor sin soltarme la mano—¿Él psicópata de tu novio no te causó problemas porque saldrías conmigo?—dijo burlesco.
De un momento a otro mi sonrisa se esfumó. Jake y Marcus nunca tuvieron una buena relación. Marcus no le agradaba que pasará tanto tiempo con Jake, y Jake no le agradaba Marcus... solo porque si. Nunca quiso contar la razón por la cual no le caía bien ¿Debería contarle lo qué pasó esta mañana?—¿Hope?—me llamó Jake—Llamando a Tierra—dijo apretando mi nariz—¿estás bien?—frunció el ceño preocupado—
¿Lo estoy?
YOU ARE READING
Hope.
Não FicçãoHope es una chica normal, con deberes normales, amigos normales, novio normal, familia normal. Ella, enamorada completamente de su novio Marcus, se ve un futuro lleno de felicidad, sin preocupaciones. Tal vez, felizmente casada, con dos hijos, un pe...