Escenas extras.

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Traídas desde lo recóndito de mi mente, para hacerlas recordar los buenos tiempos 💘




LYDIA.

"No voy a hablar con ella, no lo merece" pensé una y otra vez.

"Entonces, ¿porque estoy acomodando su cuarto?"

Fruncí el ceño ante mis acciones tan contradictorias.

Hace seis años que mi hermana se fue a Canadá con nuestro padre.


-No te vayas- le dije a los ojos azules que me devolvían la mirada.-Por favor, te voy a extrañar.

-Te veré en vacaciones, Lyd- me animo Amara. Siempre tan contenta y feliz, tan amigable.-Estoy segura de que cuando vuelva tendrás muchas amigas.

-Pero ellas no serán tú- sollocé, y aún así, ella tomó el vuelo a Canadá.

Lo peor fue, que aún amando la escuela, siempre espere con ansias las vacaciones.

Aún cuando ella solo me brindó dos vacaciones.



Cerré los ojos, intentando quitarme de la mente aquel recuerdo.

"Vamos Lydia, Amara solo estará aquí un par de meses o semanas, incluso. Solo vendrá por el viaje de papá, porque el no confía en ella para dejarla sola. Después de eso, volverá a su casa"

Di una última mirada hacia su cuarto; la cama tenía nuevas sabanas que mamá solía cambiar cada año, la ventana estaba abierta y llena de pegatinas que jamás logramos quitar. En el baño aún estaban las ligas de colores con las cuales solía peinarla, y por supuesto, sus cómics.

Nunca supe porque los guarde. Supuse que en Canadá habría obtenido más, pero aún así, jamás pude quitar la pila de ellos de su tocador.

Salí de allí, tomándome mi tiempo para bajar las escaleras.


Mamá estaba muy emocionada por el regreso de Amara, ella había extrañado a su hija.

Yo siempre fue la inteligente, la callada y no sociable persona. Al entrar a la preparatoria me hice muy popular, así que me sentí poderosa. Aunque por dentro, detrás de la fachada tonta, seguía siendo la misma.

Amara era la perfecta persona para la popularidad; era graciosa, sociable y muy amigable. A veces también era tímida, pero casi nunca.

Cuando mamá me dio la noticia de que se quedaría unos meses con nosotras, no pude evitar preguntarme cómo sería ella. ¿Seguiría siendo esa luz llena de alegría?, ¿sería alguien amargada o hippie?

Cuando le conté mis miedos a mamá, ella solo rió, dándome un ligero golpesito con su cadera. Como decía, ella estaba demasiado feliz.

-Estoy bastante segura de que aunque ella se hubiera convertido en una chica emo, y triste, tú aún la seguirías amando.

Aquello me había incomodado a niveles extremos.

Ahora aquí, mamá y yo esperando ante la puerta, me ponía nerviosa.

Había aprendido a disimular el ligero temblor de mi mano , el evitar morderme las uñas, y el sudor. Todo lo tenía que hacer era tomar varías respiraciones y cruzar ambos brazos.

Entonces llegó.

Abrió la puerta, su rostro volteando hacia la maleta que parecía reacia a cooperar.

[3] Wildfire | Teen Wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora