La vida despúes de tu partida.

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LYDIA.




Lydia había tenido una semana horrible.

Tan inteligente como era, había estado a punto de reprobar un examen.

Hacia dos meses que su hermana, su otro pedazo de alma, se había muerto. Asesinada atrozmente por los Oni, por culpa del Nogitsune.

La pelirroja llego a su casa cansada y todo lo que quería era tomar una ducha y echarse a dormir.

Subió las escaleras con pesadez, sintiéndose solitaria más que nunca.

La muerte de Amara había afectado a todos de distintas maneras.

Aún recordaba la pelea que había tenido con Malia;

-¿¡Porque demonios te acuestas con Stiles!?- le había gritado, furiosa.-¡Ella salvo tu patética vida!

Malia se había quedado callada, no alterándose para nada.

-Porque ella está muerta- le dijo, y el corazón de Lydia dolió.-Le agradezco todo lo que hizo por mí, siempre lo haré. Pero cuando un coyote se lastimaba, lo dejábamos, porque era lo que el querría para que nosotros estuviéramos a salvo. Amara querría lo mismo; que siguiéramos con nuestras vidas. Así que ayudo a Stiles a seguir adelante, y me ayudó a mi misma.

Negó con rapidez, no quería recordar a Malia.

Justo cuando estaba por irse a su pieza, escucho un par de ruidos en la de su hermana.

Lydia entraba a la habitación cuando se sentía capaz, y lloraba todo el día.

Frunciendo el ceño, la pelirroja se metió al cuarto de su hermana y entonces sintió como lo poco que quedaba de su alma caía en picada.

Su madre, Natalie, tenía ya el cuarto de Amara sin sus pertenecías; solo estaba la cama y las colchas. Como una recámara cualquiera, nadie sabría que alguna vez perteneció a Amara.

-¿Qué estás haciendo?- Pregunto Lydia, por fin encontrando su voz.

Natalie volteó hacia Lydia, dando un gran suspiro .

Sabía que esto sería difícil, convencer a Lydia sin decirle la verdad sería difícil.

-Lydia- comenzó si madre, dejando a un lado la caja llena de cómics.- Esto es necesario.

Las lágrimas calientes y agrias ya estaban corriendo por el rostro de la pelirroja, sintiendo un torbellino de tristeza y furia.

-No puedes hacer esto- Dijo negando, para después ir a grandes pasos hacia las cajas y comenzar a sacar el contenido.

Natalie la tomo de las manos, haciéndole daño.

Ella sabía que su hija estaba viva, que estaba con él Aquelarre. Pero aún así, era como si estuviera muerta por qué jamás la volvería a ver, jamás vería a su niña.

-Se lo difícil que es, Lydia. Pero tienes que dejarla ir- Sollozo Natalie.

Lydia comenzó a negar repetidamente .

-¡Deja sus cosas! Ella odia que toquen sus cosas. Sus cómics, no los rompas- Medio grito Lydia, sacando de nueva cuenta las cosas de la caja.

Desesperada y cansada, Natalie grito a los cuatro vientos.

-¡Ella está muerta! Lydia... Amara esta muerta.

La expresión de Lydia destrozo más el corazón de Natalie.

Fue entonces cuando Lydia se rompió desde que su hermana murió en brazos de Scott McCall; La pelirroja se dejó caer al suelo mientras lloraba todo lo que tanto tiempo se contuvo , gritando mientras su madre llorando también, la sostenía fuerte. Se tenían la una a la otra, pero a las dos les faltaba esa chispa, esa chispa de carisma y alegría llamada Amara.

[3] Wildfire | Teen Wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora