【怪物】

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Me encontré en frente a tu puerta, de nuevo, como todos los días.
Siempre que te ibas, nunca entraba, porque eso no sería justo, siempre te llevaba regalos que al final no te entregaba.

Mis amigos en mi cabeza repetían muchas cosas, algunos que aquellos regalos eran preciosos, que debía entregártelos, otros me decían que nada de eso te gustaría, no sabía que sentir, así que al final siempre optaba por guardármelos para mi y fantasear con que algún día te los daría.

Una vez más, salí del colegio, dispuesto a ir hacia tu casa, como todos los días, tú no estarías. Esta vez llevaría un regalo especial, que como siempre, no te daría.
Recordé aquel gatito que todos los días acariciabas en tu camino hacia la tienda, pensé que te gustaría tenerlo contigo para siempre. Ese era mi regalo, la cabeza de aquél lindo gatito.

Imaginé como sería si te lo entregara en tus manos, imaginé como sería que me agradecieras por mi regalo y me abrazaras diciendo que me amas.

Harías eso, ¿Verdad, Yoongi?

Te ví salir del instituto, pero no tomaste el mismo camino de todos los días, fuiste hacia otro lado, hacia tu casa. Me dispuse a seguirte. Y allí te quedaste, en la puerta de tu casa, esperando algo o alguien. ¿Me estabas esperando a mí? No me contuve a avanzar hacia tí con la caja de obsequio debajo de mi brazo. 

Pero algo me detuvo, un grito, una voz.
Una voz femenina, gritando tu nombre.
Giré mi cabeza y allí la ví.
Una muchacha de tu clase, corriendo hacia ti, contenta. Tu la abrazaste y le diste un beso.
En ese momento, creí que mi corazón había sido infectado con oscuridad y locura. Mis ojos no podían creer que esa mujer estuviera en mi lugar. Todas mis ilusiones de que me esperabas se quemaron tan rápido como un papel.

¿Por qué no sabes que existo, Yoongi?

Esa noche no pude dormir bien, y se me cruzó por la cabeza una grandiosa idea, que sin duda era la mejor que había tenido en días.
Me levanté de mi cama y busqué otra caja, esta vez más grande.
La guardé, mañana te haría el mejor regalo del mundo, y esta vez, con la única diferencia que te lo daría.

Me levanté emocionado, hoy sería el día en que sabrías de mí.
Me dirigí a mi instituto, y allí la vi caminando por la acerca, la chica de ayer. Me acerqué a ella y le hablé, era una buena chica, le pedí que me deje acompañarla hasta su instituto, y ella aceptó.
Al llegar, se paró en el primer escalón de la gran escalera que bajaba hacia su instituto, dispuesta a darse la vuelta para agradecerme. No había nadie debajo. Contemplé su delgada complexión y sonreí. Apoyé mis manos en su espalda y la empujé. Ella cayó por las escaleras dando un grito extremadamente melódico, mientras se golpeaba con los demás escalones. Cayó al final de las escaleras y sangre comenzó a brotar de su cabeza.
La cargué en mis brazos y la llevé a mi casa; ella estaba muerta.

Yoongi, estoy muy contento.

Mi madre tenía unas grandes, hermosas y filosas tijeras doradas, que ella me había regalado.
Las tomé y me dirigí hacia donde estaba ella.
Su rostro era horrible, tenía ojos redondos, labios perfectos, una nariz pequeña. Era horrible, pero yo, yo la volví hermosa.
Le arranqué los párpados e hice de su sonrisa, una más grande, cortando los extremos de sus mejillas hasta sus orejas.
Con la sierra que mi padre abandonó, corté su cuerpo por debajo de los hombros,y justo por encima de sus pechos. Separando así, un precioso busto ensangrentado de un torso desnudo y blanco.

Tomé el bello busto y peiné su negro y suave cabello, ella era preciosa ahora. Y no tengo la menor duda, de que ahora te gustará más, Yoongi.
Entonces la metí con cuidado en la caja, la cerré muy bien, la empapele con el mejor y más lindo papel que encontré y le puse un moño encima con una nota.

"Esta vez, me gustaría que sepas lo que siento por ti, te amo y siempre lo he hecho
–J.J.K."

Yo estaba muy seguro de que por fin apreciarías todo lo que había hecho por ti.

Al día siguiente, puse la caja en tu puerta, y esperé exactamente 5 horas detrás del árbol más cercano a que llegaras a tu casa.
Y allí te vi, caminando por la acera con tranquilidad, mientras tarareabas alguna canción.
Viste la caja y leíste la nota, sonreíste al ver la nota, eso hizo que mi corazón se apresurara. Te dispusiste a abrir el paquete allí afuera, era mucha la curiosidad al parecer.
Finalmente lo hiciste, lo abriste y yo sonreí.
Tu rostro espantado y el grito que diste no eran una buena señal.

¿Que es lo que está mal, Yoongi?

Comenzaste a llorar. Pero yo no entendía por qué. Te volviste loco en ese instante parecías indeciso sobre que hacer. Que egoísta eres, ese regalo fue perfecto y puse todo mi esfuerzo en él. ¿Por qué no te gustó?
Me devolví a mi casa, al parecer todo fue un fracaso, y no pude evitar sentirme mal.

Decidí hacerte un pastel para ti, porque al parecer no te agradó mi regalo. Un pastel especial, en cuál pondría todo mi esfuerzo, después de todo, nunca me cansaría de hacerte regalos.
Supuse que te gustaría más si le daba un toque personal, así que busqué a la mujer, de la cuál tu tenías su busto, abrí su barriga de forma vertical, tomé todos los órganos de su cuerpo y los puse en la licuadora. Su estómago, su corazón, sus intestinos. No podía dejar nada fuera, el resto del cuerpo, decidí quemarlo, aquella zorra ya no me servía.

La mezcla de la licuadora se había convertido en sangre y pequeños pellejos. La cuál puse junto el chocolate del pastel. Todo se unió perfectamente en una armoniosa mezcla marrón chocolate, pensé que tal vez este regalo si te gustaría.
Pasó una hora y el pastel estaba listo. El timbre de casa sonó, y fui hasta la puerta.
Allí estabas tú, me sorprendí al verte, estabas parado en la puerta con una sonrisa algo extraña, lucías cansado, tus ojeras eran enormes, parecía que no habías dormido en días.
Pero aún así yo estaba feliz de verte. Me dijiste que te había gustado mi regalo, y querías agradecerme viniendo a mi casa. Tu voz era extraña. Me extendiste la mano, y yo la tomé, tu piel era suave, tal como esperaba. Te invité a pasar.
Recuerdo que conversamos de todo tipo de cosas, y hasta comiste el pastel que te hice, lo aceptaste con cariño y lo halagaste, parecía que te había gustado bastante.

Te amo mucho, Yoongi.

Me llevaste hasta mi cuarto, por alguna razón, yo no entendía como es que terminamos allí, pero de todas formas, no me quejaba. Querías dar un paso importante, y yo estaba feliz, porque intentabas acostarte conmigo. Pensé que el mejor día de mi vida había llegado, el día que tanto esperé. Me besaste, también mordiste mis labios, y mi cuello, rasguñaste todo mi cuerpo, tal y como lo había imaginado. Tus suspiros eran pesados, como si estuvieras perdiendo la cordura con cada beso.
En un momento clave, me abrazaste con fuerza, yo correspondí algo extrañado, pero aún así se sentía cálido estar entre tu cuerpo. Me sentí mal por un instante, cómo si algo malo fuera a pasar, te miré a la cara, tenías una sonrisa aterradora y entonces, sentí el frío del metal en mi espalda. Sentí atravesar de un extremo a otro un filoso cuchillo de metal. Dolía mucho, pero tu solo mirabas, te reías satisfecho y orgulloso de lo que lograste. Todo esto... Fue por la mujer, y ahora estabas cobrando venganza. Sonreí comprendiendo tu actitud.

Te miré por última vez, ese no eras tú.
No eras aquel chico que acariciaba al gatito, o el que besó a aquella mujer.
Siempre tendré esa duda... ¿Quién eras en ese momento, Min Yoon Gi?
Aún después de todo esto, aún después de que me arrancaras la vida, yo siempre voy a amarte, porque lo que siento por ti, es un cariño profundo.


amor profundo - yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora