Pequeño kazajo [PAUSADA]

Capítulo 1

—Así que... ¿Adónde vamos exactamente?

—Ya te lo dije Yuri. Iremos al aeropuerto.

— ¿Hacer que exactamente?

—Oye. ¿Acaso no me prestaste atención ayer?

—En estos momentos si te soy sincero... No.

—Ah. Enserio a veces me pregunto por qué yo el rey JJ. Tiene que soportar tal comportamiento de un tigre tan Huraño como tú...

—Sera mejor que te calles Leroy porque si no ahora mismo me lanzo por aquella puerta.-respondió mientras pateaba el asiento del otro alfa. — Ahora explícame de nuevo que haremos ahí.

—Ya de acuerdo. Pero deja de patearme que vas a provocar que choquemos.

—Ujm.

—Como te dije ayer. Mi hermanastro llegara de Kazajistán y como mis padres no tuvieron tiempo para ir a recogerlo me mandaron a mí.

— ¿Acaso no puede venir solo?

—Yuri mi hermano tiene solo 15 años. No voy a permitir que ande solo por ahí, además es su primera vez en Canadá se puede perder. Yo soy su hermano mayor y tengo como deber protegerlo.- dijo, mientras se formaba una sonrisa en su rostro y golpeaba su pecho con su mano izquierda.

—Me jode verte feliz... Espera un momento. ¿Dijiste que el mocoso tenía 15?

—Si. ¿Por qué preguntas?

— ¡¿CÓMO COÑOS LE PERMITIERON VIAJAR AL OTRO LADO DEL MUNDO SIENDO MENOR DE EDAD?!

Aquel grito imprevisto, hizo que el pelinegro perdiera el control por unos momentos, lo que provocó un susto tremendo en ambos alfas.

— ¡PERO QUE DEMONIOS CREES QUE HACES CONDUCE BIEN IDIOTA!

— ¡ESTOY CONDUCIENDO BIEN! Mierda eso estuvo cerca.

—Más te vale JJ. Ahora explícate como el niño consiguió viajar solo hasta Canadá.

—En verdad no hubo problemas. Un compañero y gran amigo de mi padre se encontraba haciendo un trabajo en Kazajistán. Así que le pidió el favor de traerlo.

—Oh. Ya veo. Pero de todos modos ¿él no podía llevarlo a casa?

—Oye si te ibas a estar quejando todo el camino no hubieras aceptado acompañarme.

—Ya. No me quejare más si me compras algo para comer en cuanto lleguemos. Me muero de hambre.

—De acuerdo. Pero que no sea muy costoso quería invitarle algo a Otabek también.

—Acepto. Ahora apresúrate que tengo cosas que hacer.

—Eres insoportable. Ah pero no me queda de otra.

Leroy siguió conduciendo hacia al aeropuerto tratando de que el auto no resbalara por la nieve que se encontraba cayendo en la carretera. Por un lado el rubio estaba sumergido en sus pensamientos. Algo le daba mala espina pero no sabía con exactitud que era por lo que decidió ignoran esa sensación.

Mientras tanto en aquel aeropuerto canadiense, un pequeño omega kazajo se encontraba desembarcando de su vuelo. Una vez que bajo se dispuso a buscar sus cosas y partir en busca de su hermano.

Aunque ninguno sabe lo que les espera.
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