Capítulo 3

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El ambiente en el auto no era del todo agradable. El ruso se preparaba mentalmente para decirle a JJ. Lo que le ocurría sin morir en el intento. Si JJ, era una de las personas que a pesar de ser egocéntricas, eran buenas en el fondo. Claro que él desconocía a Jean cuando este se amargaba era muy pocas las veces que este lo hacía enserio y cuando lo hacía deberías correr por tu vida.


—Dime Otabek ¿cómo estuvo el viaje?


El niño que al parecer no se había percatado de la situación. Le respondió con un simple bien. Después de eso volvieron a sumergirse en el silencio incómodo para dos de ellos.

Al parecer al mayor se le había olvidado la promesa que le había hecho al rubio, pero este se contuvo a reclamar porque sabía que si lo hacia empeoraría las cosas.

Una vez que llegaron a la residencia de los Leroy, las alfas se apresuraron a bajar las maletas del menor mientras que este se adelantó a la puerta.


—No creas que por ayudarme te vas a salvar Plisetsky.—le llamo por su apellido. Enserio estaba enojado.


Cuando terminaron alcanzaron a Otabek. Pero antes que JJ. Introdujera la llave la puerta se abrió dejando a la vista a la madre de este, la cual se abalanzo sobre el kazajo.


—Mi pequeño bebe. No sabes cuánto me alegra que estés aquí.

—Mamá yo también te extrañe.

Madre e hijo se abrazaron para reconfortar los años que vivieron separados por aquel mal hombre.


Ambos alfas miraron enternecidos la escena, hasta que el pelinegro golpeo al rubio y le obligo a subir las maletas de Otabek a su habitación.


Una vez adentro el canadiense se dispuso a saber los motivos por el cual su amigo había desprendido aquel olor al conocer a su hermano. Joder le iba a romper la cara ahora mismo, pero debe controlarse su madre y hermano están abajo no puede armar un escándalo.


—Bien ya que estamos aquí. Quiero oír tu escusa.

—Mira JJ sé que lo que to voy a decir va a provocar que quieras matarme pero tú sabes que eso no lo decido yo. El único que tiene la culpa aquí es el destino

—De que mierda estás hablando... Déjate de rodeos y dime el motivo exacto por el que devorabas a mi hermano con tú mirada.

—Yo. Mierda JJ deja de amenazarme. Tampoco es fácil para mí asimilar esta situación.

—Oh por dios. Deja de poner escusas.

—Déjame terminar de hablar entonces.

—De acuerdo habla. — se cruzó de brazos esperando que su amigo continuara.

—Ah. Sabes creo que voy a dejar de dar más rodeos...

JJ Creo que soy el alma predestinada de tu hermano...

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Mientras tanto en el piso de abajo madre e hijo se encontraban tomando un jugo juntos, mientras el menor le contaba como fue el viaje a su madre e ignoraban los golpes y gritos provenientes de arriba. La madre apenas podía escuchar la voz de su pequeño por lo que decidió subir a calmar todo ese alboroto.


—Podían callarse de una vez. Estoy tratando de hablar con mi hijo que no eh visto por más de doce años...


La omega tuvo que hacer un esfuerzo para no desmayarse en esos momentos.

¿Por qué lo haría?

Pues encontrarse a tu hijo y tratando de matar a su mejor amigo no es un escena grata de ver...

O ¿Tal vez si?






OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

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¿Qué le espera al pobre de Yuri en el próximo episodio?

#R.I.PYuriPlisetsky2017

Pequeño kazajo [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora