Ella

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Su madre solia decirle que a la primera estrella que saliera por el cielo, le consedia un deceo... La niña con el tiempo pidió que la estrella terminara con su vida... Poco después pidió un amor para toda la vida.
Ninguno se cumplio.

Y es que morirse no es nada fácil y un amor como el que ella pedía ya no existian, no era tan complicada, al crecer seguían siendo sus deseos iguales pero no eran sencillos.

Durante el día quería morír y durante la noche se veía con su amor, era hermoso de cierta manera, y cuando veía el cielo le gritaba a la estrella por sus desgracias y luego al dormir se consolaba. Era profunda de eso no había duda, que lastima, no había nada que la abrazara... Bueno a excepción de la soledad que le cubría como si fuera un manto, un manto que le acurrucaba mientras ella caía en un profundo abismo.

Y es que la vida ya no era algo de lo cual se preocupara por hacer, los únicos besos que recibía era el calido y delgado filtro del cigarrillo en su boca por no decirse del humo espeso que absorvia en cada calada. ¿Y a donde voy con todo esto? A expresar la belleza del vacío sentimental que consumía su alma.

Ya no confiaba en nada, ni en sus mismos deseos, sabía que intentar morir no era nada nada facil, recordaba las mangueras en su nariz junto con el oxígeno, la sonda que tenía, la jeringa del suero en su brazo. Solo recordar aquello moría de miedo pero sonreía quien sabe por que.

Le gustaba el dolor, quería que cuando regresara a casa la luz siguiera prendida, sus cicatrices le recordaban que era mejor sentir dolor que nada en absoluto y así bailaba al ritmo de su música calmada con letra triste, odiaba las reglas y se aburría de la mayoría de las personas, ellos no le podían seguir el ritmo, ella se estaba consumiendo y consumía a quien estuviera cerca, podía morir justo en este momento y no dudaria, estaba cansada y enferma... Ella misma era el cáncer y al mismo tiempo la cura pero no podía dejar de querer ser la flor de la tierra, las estrellas eran los muertos que murieron felices y ella sólo quedaba como la flor aun estancada en lo que quería dejar de existir.

Conejito suicida

No dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora