Dark Paradise ❀ lrh

1.

Dejaba que Luke trenzará mi cabello mientras la mitad que el no tenía en sus manos, yo la cepillaba con mis dedos.

— Me siento muy gay haciendo esto April.

Solté una pequeña risita.

— Entonces no lo hagas Lu~

El suspiro rendido y cuando termino haló mi otro mechón.

— ¡Oye! —me queje a pesar de que no había sido tan fuerte.

El me saco la lengua y continuó trenzando el nuevo mechón, me cruce de brazos fingiendo estar enojada.

— April...

Gire mi rostro y cerré mis ojos.

— Si no me miras seguiré así 2 horas.

Continúe con mi perfecta actuación hasta que sentí sus manos en mi estómago, me estaba haciendo cosquillas.

— ¡No, no! ¡Para boludo!

Grite en español, creo que no me entendió absolutamente nada.

— ¿Qué dijiste? Solo entendí "no"

Solté una pequeña risita.

— ¡No, no! ¡Stop boludo!

— ¿Y que es "boludo"?

Lleve mi mano derecha a mi frente y luego la pase por mi cara.

— Boludo significaría "douchebag"

Me miró y se hizo el ofendido.

— ¡Oye! Yo soy la que debería estar enojada~

Desperté por el sonido de el despertador, rápidamente abrí uno de mis ojos y presione el botón izquierdo rápidamente, abrí mis ojos y me encontré con mi habitación.

Me estiré y luego me puse de pie, entre a el baño y salí luego de 5 minutos, me vestí con un vestido negro algo infantil y unas zapatillas.

Me miré al espejo y solté una pequeña risa, parecía una caricatura a blanco y negro.

Por lo clara que era mi piel se confundió con blanco, apuesto a que mi sueño era ser albina pero los demás espermatozoides no me dejaron.

Tome el estuche de mi guitarra y salí del pequeño departamento, debía ir a visitar a Luke.

Camine hasta la avenida principal y tome un taxi, le indique la dirección y espere pacientemente, mientras fumaba un cigarro.

En cuanto llegue bote el cigarro y me adentré en el edificio blanco, ya conociendo el número de la sala entre a este para encontrarme con un rostro angelical.

Me acerqué y dejé el maletín en la mesa.

— Hola Lu...

Una sonrisa se formó en mi rostro.

— Se que puede ser mentira que las personas en coma te escuchan pero...

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

— Ya ha pasado un año... —solté un sollozo—  Está vez debes despertar para tu cumpleaños...

Acaricie su cabello y le di una sonrisa, a pesar de que mis labios temblaban y las lágrimas continuaban saliendo.

— ¿Sabes? —trague en seco— Estoy asustada de que no vuelvas...