ÚNICO.

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"Jimin, deja de moverte así joder. No, no, no, no agites tu trasero así, por favor... ¿Por qué tienes que ser así? Dios mío... Para, por favor, para, Jimin... Solo haces que te desee más... ¿Quién demonios es ese tipo? Deja de bailar con él, Jimin. Detente... Detente o te juro que-"

- Disculpe, ¿camarero?

Una joven agitaba la mano delante de su cara desde el otro lado de la barra. Yoongi se había quedado pasmado más de un minuto mirando a Jimin bailando en medio de la pista.

-Sí, dígame- dijo, fijando un tercio de atención en la muchacha.

-¿Podría servirme un vodka con granadina?

Asintió y con un "en seguida" dirigido a la clienta, se centró en preparar el cocktail que le había ordenado. Le temblaban las manos y tenía la respiración acelerada. El estúpido de Jimin no sabía que estaba jugando con fuego al presentarse en el bar donde él trabajaba solo para enseñarle como frotaba su culo con algún otro tipo que no fuera el propio Yoongi.

Y no es que Jimin le debiera algo o tuviera que serle fiel, pues el mayor ya tenía a esa persona que le otorgara fidelidad y amor.

Sin embargo, ese chico era otra historia.

Jimin le había encantado desde hacía varios años atrás, pero por aquella época él tenía pareja y Yoongi no tenía ninguna oportunidad. Así que decidió seguir su vida, encontrar a otra persona para establecer la tranquilidad en su vida.

Pero el día en que menos lo había esperado le llegó un mensaje a su Facebook: 

Jimin le estaba hablando.

Y a partir de ahí todo se descontroló.

Tanto, que habían terminado enamorados.

Un amor doloroso, que les quitaba el aire y tan solo dejaban los espíritus de ambos para respirarse. Aunque eso no fue suficiente. Yoongi aún no se veía preparado para quedarse solo, pues estaba "bien" con su relación. O eso le gustaba decirse antes de dormir por las noches cuando abrazaba a la persona que lo acompañaba en la cama. Pero, ¿quién dormía con él en su interior? Solo él lo sabía.

Después de muchas idas y venidas, cariño y pasión, decidieron que lo mejor era ser tan solo Jimin y Yoongi, amigos.

Aun si seguían pensando el uno en el otro, aun si se querían con locura... Era más sano así.

Se alejaron lo suficiente para no destruirse, para dejar de chocar y romper con cada una de sus embestidas las estrellas que los rodeaban.

No obstante, Jimin aquel día no estaba satisfecho. Él era una persona a la que le gustaba beber de vez en cuando, y cuando lo hacía... Lo hacía en serio. En esa ocasión no era diferente.

Había aparecido en el bar sobre la medianoche, luego de haber salido con algunos colegas a tomar desde temprano en la tarde. En un impulso, se subió a un taxi y se dirigió a aquel lugar.

¿De veras Yoongi no quería nada con él?

Bueno, podía encontrar a alguien más con quien llenar el vacío, mientras el pelinegro miraba. ¿Por qué no?

Nada más entrar en el local, lo vio en la barra, preparando chupitos.

Se acercó firme y decidido, aunque debido al alcohol, su cabeza y sentidos estaban embotados. Apoyó los codos en la superficie metálica, sacudiendo su mano para que él lo viera. Cuando Yoongi se dio cuenta de que aquel era Jimin, su cara se transformó en un poema.

NOS OLVIDAMOS ~ YOONMIN ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora