❀ Huang ZiTao es un chico que da pena en su afán de querer aparentar ser rudo, pero por azares del destino la vida lo lleva a un bar de mala muerte donde Tao se armará de valor para hacer todo lo que nunca se había atrevido a hacer antes: Conquistar...
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El motor rugió y las llantas chirriaron antes de que se detuviera por completo. La noche era demasiado joven, al menos eso podría decirse para él, que se suponía debía estar acostumbrado a permanecer despierto hasta altas horas de la madrugada, como su supuesta reputación en la universidad lo demandaba.
Huang ZiTao había viajado desde China hasta Corea del Sur para establecerse junto con su padre después de que este fuera trasladado en la empresa en la que trabajaba. ZiTao tenía unos dieciséis cuando lo llevaron a rastras al aeropuerto, listos para abandonar su vida cotidiana de la cual él no tenía intenciones de despedirse.
Y como buen muchacho queriendo ser rebelde, comenzó a hacerse algunas perforaciones en las orejas que le dolieron muchísimo y que en secreto lo habían hecho llorar demasiado, pero frente a sus padres se hacía el rudo y el hombrecito que se supone debía ser. Lo mismo pasó cuando a sus diecinueve decidió estudiar filosofía únicamente para llevar la contraria a sus padres que querían que estudiara administración.
Por supuesto que en la carrera de filosofía había conocido buenos amigos, conoció a Do KyungSoo con quien se había acoplado de maravilla, porque ambos se sentían como peces fuera del agua debido a que no se encontraban en medio de toda esa gente que se la vivían fumando marihuana como si con ello pudieran llegar a la iluminación.
Y lo cierto es que a ninguno de los dos les hacía gracia el meterse algún estupefaciente porque no sentían que lo necesitaran, KyungSoo quería estudiar letras, pero por razones locas del destino había terminado en filosofía que según su madre era prácticamente lo mismo.
El bajito era muy aplicado y siempre sacaba sobresalientes en todas las materias pese a que no fueran todas de su antojo, y ZiTao había agradecido su ayuda casi desde el primer día con las que él de plano no daba una.
El chino llevaba buenas notas y podría decirse que era un alumno ejemplar, así que cuando le salió con el chistecito a su padre de que quería una motocicleta porque un chico rebelde debe tener una, el señor Huang había fruncido el ceño decepcionado de su hijo y había negado en silencio.
Pero después de unos cuantos berrinches ZiTao había conseguido la moto de sus sueños sin siquiera esforzarse. KyungSoo también tenía una moto porque le gustaban. Le gustaba la música rock, heavy metal y algunas otras corrientes con demasiado ruido para el gusto de ZiTao, pero el chino con el tiempo aprendió a valorar las letras e incluso se aprendió bastantes, porque al parecer después de todo si influyen las amistades en las personas.
Pese a que KyungSoo era un chico que se suponía debía ser rudo, lo cierto es que no lo era, al igual que Tao era un poco tímido y no le iban los lugares concurridos, mucho menos el tratar con extraños, no era lanzado y no hablaba bien con desconocidos.
