Jodie es una chica de 16 años que lo ha perdido todo, gracias a Shadow el señor de las tinieblas. Junto con su amigo Aiden buscará venganza. ¿quieres acompañarla en esta aventura?
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TODA HISTÓRIA TIENE SU COMIENZO
Hola, me llamo Jodie he nacido en un pequeño poblado cerca de la costa. No hay muchos habitantes, las casas son antiguas, las calles estrechas, pero es agradable despertares con la luz del sol y con el olor a pan recién horneado. Mi madre desde pequeña siempre me ha dicho que tenía un don y yo jamás la creí. Hasta que un día oí un grito de socorro y al acudir a él vi a una chica colgando de la rama de un árbol, sobre un río. Si caía a él sería su fin. Necesitaba ayuda así que acudí allí y la intente ayudar, pero al alargar mi brazo para ofrecerle mi ayuda, pasó lo que ojalá nunca hubiera pasado. De mi mano salió un humo azul que se dirigió hacia la chica, le rodeó el brazo del que colgaba y la subió hasta dejarla cerca de mí, esta cayó al suelo inconsciente, tenía un rasguño en el brazo justo donde le había tocado ese extraño humo azul, asustada acudí a ella, abrió los ojos y lo primero que dijo al verme, es que era una bruja y que me apartara de ella. Me fui corriendo a mi casa, me encerré en mi cuarto, apague la luz y me escondí en mi cama.
- soy un monstruo, he hecho daño a esa chica inocente ¿pero por qué ha sucedido eso? Yo no le quiero hacer daño a nadie...
Después de llorar durante varias horas me dormí, agotada.
Pero para mi desgracia la pesadilla no había acabado.
Soñé algo muy extraño, estaba delante de un castillo rodeado de niebla.
Empecé a caminar y de repente ante mi apareció una bestia. El cuerpo tenía forma humana, pero no parecía un humano. Tenía los ojos rojos igual que la sangre y su cuerpo era completamente negro. Alargo su brazo hacia mi cara, pero yo le esquive antes de que me tocara.
- me llevaré tu alma y la de los de tu especie- dijo la bestia con una voz ronca.
De repente me desperté sudando y muy nerviosa, por suerte no tenía que volver a dormir, pues ya era de día. Así que bajé las escaleras y vi a mi madre hablando con un hombre en la puerta de mi casa. Detrás del hombre se escondía el rostro de una niña, cuya cara me sonaba mucho. Empecé a hacer me memoria y me acorde.
-oh no, ¡la chica a la que hice daño sin querer! era justo la única persona que no quería ver hoy - pensé
De repente nuestras miradas se cruzaron y ella se puso a grítale a su padre:
-¡papa, papa! Mira es la bruja, la que me hizo daño.- dijo con su irritante voz.
Mi madre y el hombre dirigieron sus ojos a mí, yo me quede inmóvil no sabía que decir...
Mi madre respondió por mí:
- yo de ti le daría las gracias en vez de acusarla, ¡pues si ella no tu hubiese salvado, tu no estarías aquí!-
Dijo mi madre gritándole a la niña, parecía nerviosa.
-¿qué está pasando aquí, tanto gritar?- dijo mi padre
Y se situó al lado de mi madre.
-yo te diré lo que está pasando, ¡que tenéis a un monstruo como hija! Y pienso informar a la policía de esto, para que se la lleven de aquí y no haga daño a nadie más- dijo el hombre muy enfadado.
Yo me subí a mi cuarto, no aguantaba más, me escondí nuevamente en mi cama y me puse a llorar. Oía como mis padres le gritaban a ese maldito, pero no entendía exactamente lo que decían.
Unos minutos más tarde, la puerta de mi cuarto se abrió y entraron mis padres. Se sentaron en mi cama y yo me senté entre los dos.
-Cariño-empezó mi madre- creo que es hora de hablar de tu don. Toda la familia lo tenemos y al principio no nos gusta, pero luego vemos que es algo positivo.- me explico mi madre.
-¿positivo? Ese maldito humo me está arruinando la vida- dije nerviosa
- aunque no lo creas, lo es cuando lo practiques veras lo bueno que es. -dijo mi madre intentando tranquilizarme.
-por cierto, ¿has soñado algo extraño esta noche? ¿algo terrorífico o poco habitual?-me preguntó
-la verdad es que si, estaba delante de un castillo, rodeado de niebla y al principio no había nadie, pero empecé a caminar y me encontré con una bestia, que tenía cuerpo humano, pero su cuerpo era completamente negro y sus ojos rojos. - hice una pausa.
- y me dijo que se llevaría mi alma y la de todos los de mi especie...- mi voz se volvió débil.
-Shadow...- dijo mi madre.
-¿qué?- pregunté
Esta vez me lo explico mi padre.
-Jodie, no somos humanos normales- hizo una pausa
-no, ¿enserio? No me había dado cuenta- pensé para mí irionica
Mi padre continuó:
En nuestro mundo existen dos tipos de seres. Los ángeles que tenemos dos tipos de poder, el humo de salvación, de color azul, que fue el que usaste tu, y el de curación, de color verde, que lo adquirirás, poco a poco.
Y luego están los demonios que tienen el humo de la muerte, de color rojo. Y el de absorción, de color negro y con el cual, absorben tu alma y eso les da más poder y tú te conviertes en uno de ellos. Y Shadow, es el líder de los demonios y tiene la habilidad de aparecer, en sueños o en pensamientos.
-vaya...- no sabía que más decir.
De repente mi madre se levantó de la cama, y volvió al instante con una caja, se volvió a sentar, la abrió y dentro de esta había un amuleto.
-toma, póntelo. Te protegerá de los demonios. - mi madre me lo puso alrededor del cuello.
La abracé y mi padre se unió al abrazo.
-tengo miedo, de hacerle daño a alguien más- susurré
-tranquila, te ayudaremos- dijo mi padre.
Desde este momento pasaron 3 días y la policía había venido y nos dijo, que teníamos una semana para irnos de esta aldea. Yo, estaba muy triste, pues siempre he vivido allí, y le había cogido cariño a la casa.
Sin embargo 2 días después nos fuimos, a otra aldea y al día siguiente ya estábamos instalados. En la nueva aldea mis padres tuvieron la genial idea, de que fuera a un colegio.
Pero, para mi sorpresa hice amigos, en el colegio, bueno solo hice uno para ser exactas, Aidén. Un chico moreno, muy inteligente y como también era el "rarito" de la clase al igual que yo, por ello nos fue fácil hacernos amigos. Siempre nos lo pasábamos genial juntos y seguimos siendo mejores amigos.
Seguramente pensareis que mi vida mejoró, pero todo esto, ocurrió cuando tenía 13 años, han pasado 3 años. Ahora tengo 16 y las cosas están cambiando...
