Introducción - Capítulo 1

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Yo soy el lobo,

El depredador, el que acecha en la oscuridad,

avanzando entre los árboles,

yo soy el que alimenta tus miedos, tus sueños

¿No me ves?

Mis poderosas patas recorren la distancia que nos separa,

volando sobre la blanca capa de la nieve,

mis ojos de oro te buscan, te acechan…

Muchos me han encontrado y me han llamado, ¡he lobo!

Pero en medio de la noche sólo se oyó una voz, una voz dulce y suave

Eh lobito - me dijiste, era la voz más hermosa que jamás escuche.

Mi testa se volvió hacía esa voz, todo me impulsaba a seguirla, no podía alejarme, el deseo era demasiado fuerte y entonces descubrí tus ojos de luna…

Ya nunca pude alejarme, el lobo perdió ferocidad, salvajismo…

Y el lobo se torno hombre para amarte, pero el tiempo pasó y la dama murió…

La escarcha los separo y el lobo aulló a la luna su dolor,

ya no podía el gran señor del bosque volver a las sombras,

al mundo donde perteneció alguna vez… por que el animal u hombre

que ha conocido el verdadero amor ya no tiene un lugar entre la fauna y así…Vago por siempre jamás persiguiendo el latido de ese corazón perdido entre la bruma.

Ya no perteneciendo ni a un mundo ni a otro.

Todo comenzó la noche de carnaval…

1

La discoteca estaba a reventar. Mirases donde mirases, todo era una amalgama de colores y máscaras, algunas de ellas verdaderamente hermosas y angustiosas, de esas que te ponen los pelos de punta, al estilo veneciano. 

La música atronaba los oídos, sabía que cuando saliéramos estaría completamente sorda y tendría ese maldito pitido metido en la cabeza durante un día entero. Daphne y Vero regresaban con el enésimo cubata, y con un grito demasiado animado, me tendieron uno a mí a la vez que Ginger repartía el resto. 

Uno de los chicos la cogió del culo por sorpresa, y ella gritó derramando parte de la bebida, echándose entonces a reír. Lo reprendió, pero acabó dándole un beso, estaba claro que la mayoría ya iban más que contentos y el olor de las feromonas que exudaban lo corroboraba. El ritmo de la música empezó a acelerar, subiendo hasta el momento álgido. Todos empezaron a gritar y saltar mientras seguían bailando. 

La noche avanzaba y cada vez habían más peleas y jaleo. Algo pasó y la gente empezó a aglomerarse y correr hacia la salida; había un olor extraño y asfixiante. Todo ocurrió demasiado rápido y apenas tuve tiempo de procesar que estaba sucediendo. La oleada de gente, más bien muchedumbre, me arrastró, el olor de los disfraces, el maquillaje, los perfumes y el sudor casi me anestesiaron. Por suerte yo me había mantenido firme en lo de no disfrazarme, aunque accedí a ponerme una especie de pantalón y un top de cuero negro que llevaba una cola que se parecía a algo así como una falda entre amazona y Princesa Xena. 

Cuando la masa que iba en estampida me arrolló, me estampé contra el cuerpo de alguien. Su aroma era enloquecedor, era algo indescriptible, sensual, delicioso… irrefrenable y desprendía un calor abrasador. Sentí sus músculos bajo la camisa negra, fuertes, perfectos. Sus manos me sujetaron con facilidad por los hombros, la gente avanzó apretándome contra él como si fueran una prensa, y en un pis pas me levantó como si fuera una pluma apartándome del gentío. El aire frío de la calle me despejó un poco la cabeza, ¿cómo me había sacado tan rápido y con esa sencillez de aquel infierno? Inhalé una buena bocanada de aire y me giré, viendo entonces la puerta de la discoteca de donde seguían saliendo personas corriendo y gritando. Había una pelea a un lado y parecía haber un incendio dentro, el humo hacía escocer mis ojos. 

Sinopsis Las Caras de la luna - Primer libro Saga Lobo (Autopublicada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora