¿Cómo diablos me enamore de ti?

532 102 32
                                    

—Hoy es una noche preciosa.- Un atractivo hombre inglés se encontraba en el balcón de su hogar, solo traía unos cómodos pantalones negros, mientras dejaba que el frío de la noche se colara por su pecho desnudo, cargado de suspiros comenzó a recargarse en la baranda. Lentamente sacó del bolsillo de su pantalón una cajetilla , sacó un cigarrillo y comenzó a jugar con él en lo que lo encendía, girándose en el proceso para así colocar su espalda en la baranda, ignorando el escalofrió que lo recorrió al contacto con hierro, exhaló el humo observando cómo se evaporaba, logrando así que elevara su mirada para ver las estrellas, al hacer eso no pudo evitar pensar en los ojos azules de su esposo, en los cuales parecía que miles de estrellas vivían, no podía evitar sonreír al pensar como esos ojos brillaban cuando el americano se emocionaba, cuando estaba feliz, pero sí que podía declarar que lo amaba cuando estos brillaban solo con verlo. El hombre en su cama le parece simplemente perfecto, por algo estaban casados.

El anglosajón decidió acercarse a la puerta mientras apagaba el cigarrillo, lo lanzó al bote de basura y se acercó al durmiente, comenzó a acariciar su cabello, por su parte el chico suspiraba mientras hacía ruiditos, las cuales divertían a Arthur, hasta que lo escuchó murmurar "helado", provocando que el otro dejara de hacer el gesto para golpearse la frente.

¿Cómo mierda había terminado enamorado de ese idiota americano?

La repuesta no la sabía, ¿por qué?, simplemente, amaba y odiaba a Alfred. El americano de ojos azules le volvió loco en todos los sentidos, amaba su sonrisa, pero odiaba que le sonriera a todo el mundo, lo volvía un loco celoso que deseaba marcarlo frente a todos. Odiaba su risa escandalosa, pero amaba su risa avergonzada. Odiaba que comiera hamburguesas, no quería que su futuro marido terminara obeso como una vaca, porque desde que vio a Alfred F. Jones declaró que sería su esposo le costara lo que le costara, y vaya que le costó mucho que el oji-azul aceptara que estaba enamorado de él y no solo pasando por una etapa "sexy".

Pero ahora, mientras se coloca al lado de su esposo, no puede evitar pensar que estaba malditamente agradecido de que el "idiota americano" esté a su lado, lo ama y lo odia tanto que no se imagina una vida lejos de él.

—¿Que tienes, love?- El de lentes había despertado al sentir el movimiento de su amado, por su parte él se acomodó para que el otro colocara su cabeza en su pecho.

—Nada, mi vida, solo pensaba en cómo diablos me fijé en ti.- El menor solo le golpeó en el estómago. —Oye, eso dolió.

—Soy irresistible, así me amas y te callas.- El mayor no pudo estar más de acuerdo. —Descansa mi vida, te amo Arthur.

—Yo también te amo, Alfred.- Sintiendo el calor de su pareja se permitió transportarse al mundo de los sueños, solo desando el despertar para vivir otro día a su lado.

¿Como diablos fue que me enamore de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora