Safe inside

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-Chelse, Chelse ! - reconocía esa voz, era la de Dido, dulce y autoritaria a la vez- sal de aquí, te harás daño. - gritaba
- pero ... - replicaba con ganas a mi hermano mayor.
- Te estoy diciendo que te vayas, te vas a hacer daño tú también
Estaba quieta en aquella pared de garaje, petrificada por el fuego que se hallaba a nuestro alrededor.
- Chelse ! ¿Me estás oyendo ? - Dido se estaba poniendo nervioso, trataba de sacarme del garaje, pero yo no quería.
- No me voy a mover de aquí - dije seriamente.
- Te tienes que ir, esto no es seguro y no voy a estar tranquilo hasta que no estés a salvo.
Yo no respondía, quería quedarme allí con ellos, me aferre a él.
- Safe inside - me susurró Bruno al oído, mientras me sacaba de aquel lugar, "Safe inside" era nuestra canción favorita, la cual quería decir a salvo.
Me desperté con lágrimas en los ojos, siempre tenía pesadillas con lo ocurrido y todavía sigo echándome la culpa de lo que pasó. Salí de la cama a duras penas, no quería ir a clase y estaba apunto de hacerme la enferma, pero ayer ya me había saltado 3 clases y no podía permitirme el lujo de perderme más, mis padres estaban luchando para que me saque los estudios y yo he de poner de mi parte, porque también es duro para ellos.
- Mamá me voy a clases ya - dije cerrando la puerta

De camino al colegio llovía y era el mejor momento para ponerme los cascos y escuchar esa canción que tanto me recordaba a mis dos Ángeles. Abrí spotify y en mi lista de reproducción "canciones de Bruno" encontré mi favorita " Safe inside " de James Arthur, puse el volumen los más alto que puede y caminé bajo la lluvia, melancólica y triste.
- ¿Qué es lo que escuchas ? - alguien me preguntaba por detrás
- ¿eh? - dije quitándome un casco para saber de quién se trataba
-Chelse, soy yo, Drey - respondió riéndose
Me quería morir, últimamente le había dado por aparecer en el peor de los momentos.
- Perdona, no quería asustarte - añadió
- No pasa nada, es que no te había escuchado - notaba que me estaba poniendo roja, así que gire la cabeza.
- ¿Te ocurre algo ?
- Ey ... No, lo que pasa es que hoy no es el día Drey. - hice amago de marcharme pero él no me dejó.
- Chelse, espera por favor tenía que hablar contigo de una cosa, es importante - su voz se tornaba en forma de súplica
- sé perfectamente de lo que quieres hablar - espeté - como todos, ¿ quieres que te cuente como muerieron ? O mejor te cuento cómo no morí yo, si, te será más interesante.
Estaba pálido y con una mano en la cabeza en señal de interrogación
-Ahora lo mejor que puedes hacer es irte, y dejarme en Paz. - le dije llorando
- ¿Se puede saber qué es lo que te he hecho ? Lo único que quería decirte era que me tenias aquí para todo.
Me empecé a reír irónicamente.
- ¿Tú? ¿Ayudarme? Pues te voy a decir una cosa, llegas tarde, muy tarde. Te conozco desde hace 6 años y nunca te habías acercado a mi, es más creo que no sabias ni siquiera mi nombre hasta que se empezó a expandir lo que pasó hace 2 meses. Ahora no me vengas con que te tengo aquí para todo, haz el favor de irte con quien te necesita de verdad. - según decía esas palabras algo se rompía en mi corazón, pero era cierto, me sentí como una mierda y parte de culpa la tenía él.
Cuando acabé mi discurso, Drey blanco como la nieve se retiró de aquel lugar donde prácticamente habíamos tenido nuestra primera conversación.
No eran ni las ocho y ya quería desaparecer pero tenía que aguantarme y luchar. Entre en clase evitando el contacto visual con Drey y sus amigos, que ahora en vez de mirarme con pena me miraban como si estuviera loca.
-Chelse! buenos días, ¿ sabes qué ? - Mei, como siempre por las mañanas de muy buen humor, a diferencia de mi que andaba echando chispas.
- No. Qué es lo que pas...
- ay Tia pues que esta tarde Jordi vendrá a búscarme ! - estaba dando saltitos, ahora la loca era ella.
- Ah, pero ¿Que habéis vuelto ?- Mi mandíbula podía llegar hasta el suelo.
- Pues si.
- Pues genial - dije sin mucho ánimo
La relación que teníamos Mei y yo no era ni de lejos como la que tenemos ahora, antes venía a mi casa y jugábamos todos juntos en el jardín, Bruno, Dido y yo un día nos la llevamos al "patatal", nos tiramos toda la tarde haciendo bromas pesadas a los que venían a pasear a sus mascotas, aunque el lugar fuera público para mí era nuestro solo nuestro.
- ¿En qué piensas ? - preguntó Mei
- Nada - resoplé
- Tia, yo también los echo de menos, eran como los hermanos que nunca tuve. - su voz sonaba apagada.
- imagínate yo, que eran mis hermanos de verdad.
Mei me abrazó y las dos lloramos, mientras que el resto de la clase nos contemplaba. En aquel momento me dio igual porque sentía que había recuperado algo con mi mejor amiga.

Un ángel de tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora