Chico Sonrisas

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El chico sonrisas, básicamente, nunca sonreía.

¿Ironico, no?

Miranda y el chico sonrisas eran personas conocidamente desconocidas. Se habían visto, sabían sus nombres, pero jamás habían tenido una conversación que no sea puramente escolar. Pero Miranda se interesó por el chico sonrisas. No porque era agradable o popular, sino porque tenia un cuerpo que le atraía, le atraía demasiado.

Es que, no siempre se enamora de las palabras, o de los labios rojizos, Miranda era una chica normal, y  las chicas normales también pueden ser superficiales.

El problema de Justin (Este muchacho de quien va el relato) era que no amaba a nadie más que a si mismo. Era alguien bastante cerrado y algo narcisista, casi rozando lo egocéntrico. Miranda se sentía limitada por ese aspecto, pero aún así encontraba al chico como un ser fascinante, un ser al que quería besar hasta asfixiarse.

Acercarse a él fue fácil, parecía que no tenía estándares muy altos y, luego de una charla sobre deportes (Que en realidad a Miranda le importaba poco y nada) y algunas miradas indiscretas intercambiaron números prometiendo que se llamarían.

¿Es extraño que, para tu primera cita, te inviten a un partido de fútbol?

Para Miranda lo fue, en extremos, pero era un equipo pequeño y fue bastante relajante, hasta divertido incluso. Justin jugaba bastante bien, mejor aun cuando estaba sin camisa, y eso fue lo que más entretuvo a Miranda.
Luego de eso ella comenzó a ir a sus partidos a diario, a sus prácticas, incluso a sus fiestas luego de ganarle a algún rival. Aún así, ni ella ni él estaban siendo sinceros, puro coqueteo, pura falsedad, pero divertida interacción con segundas intensiones entre dos personas demasiado ocupadas como para amarse.

Pero Miranda en serio deseaba al Chico Sonrisas, y ya se estaba cansando de ser solo su dama de compañía. Pero él parecía demasiado seguro de si mismo, él creía que era tan fantástico que ella había caído a sus pies y que no la perdería.
Y Miranda lo sabía, sabía que el Chico Sonrisas solo amaba al Chico Sonrisas, y que este pensaba que ella era de su propiedad.
Pero en realidad él era solo un premio que ganar para Miranda.

En una de esas locas fiestas que hacían por haber ganado un tonto partido fue cuando todo llegó a su fin. (Porque, recuerden, nada dura para siempre).
Miranda y el chico sonrisas habían compartido muchos besos con sabor a alcohol para ese entonces, dentro de todo había sido una fiesta divertida, pero ella ya se estaba cansando de tanta música, tanta gente, y tantos besos sin algo más.
Aunque, joder, él besaba muy bien.
Justin, bastante tomado pero lo suficientemente sobrio como para saber que Ella era su novia y no se estaba besando con cualquiera, bajó sus besos hasta el cuello de la muchacha mordiendolo levemente. Y eso bastó, pues los dos terminaron subiendo las escaleras abarrotadas de gente hasta una habitación.

A la mañana siguiente Miranda se había ido antes de que él despertara. Y cuando el Chico Sonrisas despertó se encontró con un mensaje en su celular no muy agradable.

"Creías que yo era tu trofeo, Chico Sonrisas, pero en realidad tú eras el mio. Ten un lindo día, ganador! ;) "

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