No me olvides.

Capítulo 9.

Toby Rogers.

Pasé una noche muy agradable con Scarlett, es decir, fue demasiado fabuloso, aún veo a esta mujer recostada a lado mío.

Pienso que es preciosa, lo es, demasiado preciosa para ser verdad, su cabello rosa lacio, cayendo por sus hombros y sus orejas, realmente la amo.

Su voz, no puedo olvidarme de Scarlett, recuerdo su cabello café, sus tardes en aquella habitación en la que era prisionera de sus padres.

Pero amo de ella, aquella personalidad, ¿saben?, jamás me había sentido así, todo era "ticci toby"  "niño tic"  "un monstruo" 

Jamás me arrepentiré de volverme loco, tal vez si ellos me hubieran tratado con más respeto, si mi papá no hubiera estado dispuesto a pegarle a mi mamá, yo...

Yo tal vez no hubiera estado tan seguro de arrancarles la cabeza, pero dejando todo o triste de lado.

Ya no me siento vacío, es decir, y ella llegó hacerme ver lo que yo no creía, quiero estar con ella, es perfecta.

Es preciosa.

Es como Lyra..

¡Lyra! ¡Lyra! ¡Lyra! ¡Lyra! ¡Lyra!

―Aún estoy aquí, Toby.

[...]

Scarlett.

El aire se me acababa, literalmente, sentía como mi vida pasaba en frente mis ojos, mis pulmones ya no pueden recibir más aire.

Por lo que abro mis ojos, mi boca se abre, pero no para querer aire, si no porque la persona que me quiere matar es a quién yo amo, es decir.

¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué es así conmigo? 

―T-toby, dejame―Trataba de alcanzar su cara con mis pequeñas manos.

Toby hacía más presión, y sonreía, a lo que no me quedo más remedio que mis otras manos, no entiendo ¿qué hago mal?

Lo único que hice fue quitarlo encima mío, mientras lo tenía sujetado busqué algo para ponerme, agarré una bolsa y lo llene de ropa.

―L-lo siento, Scarlett.

―¿Lo sientes? ¡es en serio!―Mi cara incrédula no se lo creía.

―De verdad lo siento, no sabes mi amor, cuanto te amo.

El agarre de mis manos se aflojo, yo me encamine hacía él, me paré frente a él, y le sostuve la mirada.

―No me amas.

―Si, es solo que Lyra dij―ni lo dejé terminar de hablar.

―¡Lyra ya está muerta! ¡Dejala descansar!

Recibí un golpe muy fuerte en la mejilla que lastimo mi nariz y rompió mi labio, lo miré con incredulidad.

Salí de aquella habitación, mi cuello debe estar morado por aquellas cosas, ¡soy una tonta! por creer que él podría cambiar por mi, lo soy, joder.

La puerta de arriba se abrió, dando a entender que Toby acababa de salir, me sentía realmente mal, todos estaban abajo, ¡lo siento Masky! 

Corrí hacia la puerta, captando la mirada de todos, estoy corriendo, estoy intentando escapar, todos vienen detrás de mi.

Entro a la ciudad pero no por eso me detengo, será como las 5 o 6 de la tarde, estoy corriendo hasta que choco con alguien, mi mente retrocede al ver un chico de 17 o 18 años frente a mi.

―Disculpame, de verdad no me fijo por donde vengo.―Le dije rápidamente y comencé a guardar mis cosas.

Pude notar su mirada de extrañeza, y levanté mi mirada, observando bien, su cabello era rosado y sus ojos también, su cabeza iba cubierta con un gorro rojo, las orejas..

Mis orejas no estaban cubiertas, por lo que busqué entre mis cosas buscando algo con qué cubrirme.

Él saco otro gorro más pequeño y lo puso en mi cabeza, yo me levanté y le abracé, para después soltarlo y correr de nuevo.

¿Ellos me habrán visto? 

[...]

Con cuidado entro a aquél departamento, en lo más alto de la ciudad con una vista increíble, recuerdo este apartamento como la palma de mis manos.

 Era de los abuelos, pero bueno, ahora es mío, los muebles aún están aquí, dejo caer mi maleta, y me despojo de mi ropa, y de aquél gorro, lo sostengo en mi mano, y halló un nombre "Jack".

―Un placer, Jack.

Mi subconciencia empieza a querer imaginar cosas, sé muy bien que es por la poca cordura que me queda, pero no puedo dejar que se rompa, aún no.

Voy a salir de aquí, y si me encuentro a alguno de ellos no dudaré en destrozarlos, cada uno de ellos.

[...]

Acabo de salir de aquel departamento, mi cabello cae y mis orejas sienten el aire correr sobre ellas.

Llego al lugar y entro, demasiado de nosotros hay aquí, todos con el cabello rosado, me siento y pido un jugo.

―¡Hey! ¡Tú eres la chica que choco conmigo!