La Cuna Olvidada

En memoria de Ares.

          Tres años hace ya que la cuna está allí, está polvorienta y olvidada, ya nadie la mira, nadie la ama. Desde que el niño murió en el vientre de la madre la cuna fue tirada al corotero, pues su simple presencia a la vista de la familia generaba tristeza entre sus integrantes.

          Sin embargo hoy, mientras el cuarto de los corotos era limpiado la joven que nunca fue madre por fin la recordó y, con las manos temblorosas la sacó al jardín, la limpió y arregló para luego pegar un cartel en el costado del parapeto, un cartel de venta: Se vende cuna jamás usada. Tiene historias tristes pegadas, llévesela, úsela, aquí solo ocupa espacio.

           A las ocho de la noche pasó una abuela frente a la casa y llamó hasta que alguien salió a atender.

--Deme el precio de la cuna, doña --dijo.

--Su precio es mínimo --respondió la no-madre-- llévese con ella todas las oportunidades perdidas.

            La abuela se llevó la cuna y la no-madre lloró entonces la pérdida de la única cosa que la unía a su hijo no-nato, lloró, sí, pero con una sonrisa pues por fin se liberaba de aquel monstruo del pasado que nunca, en tres años, la había dejado en paz