54. La fiesta (Parte I)

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RYAN Y LEXI

Narra Ryan

Estaba apoyado en la encimera de la cocina. Tenía un vaso de cerveza en la mano. Dylan, Ethan, Logan y Thomas estaban junto a mí. Ellos estaban riendo y charlando animadamente pero yo no estaba prestando atención a la conversación, ni a ninguno de ellos. Sólo podía fijarme, a través de las luces neón y el humo de los cigarrillos, en Lexi y en un rubio que estaba coqueteando con ella.

—Hey, Ryan—Susurró Dylan en mi oído.—Hay una morena allí que te está comiendo con la mirada.

En cualquier otro momento, me habría acercado a la morena, habría entablado conversación, habría soltado algunas bromas y unos cumplidos hacia su persona y después de un rato me la habría llevado a la cama. Aquella noche, no. Quizás era la morena más sexy y hermosa que podía haber visto, pero la única chica en la que podía centrarme era una preciosa castaña que estaba sentada en un sofá negro charlando con un chico rubio, que parecía querer tener sexo con ella ahí mismo.

—No me importa.—Le contesté a Dylan. Él me miró extrañado y sorprendido, sé que estuvo a punto de preguntarme el porqué pero fuimos interrumpidos por la morena de antes, que se había acercado a nosotros, en concreto a mí.

La verdad es que era guapísima. Un lacio pelo negro que le llegaba hasta la cintura, unos ojos grandes de color azul llenos de pestañas largas y espesas y unos labios pintados de rojo. Llevaba puesto un vestido granate ajustado, con el que marcaba todas sus curvas y que dejaba ver un escote pronunciado.

—Hey, soy Amy.—Saludó con una sonrisa. Al ver que la ignoré continuó hablando.—Me estaba preguntando si querrías tomar algo conmigo, en un lugar más privado.

Si no me gustara tanto Lexi puedo asegurar que en cuanto aquella preciosa mujer dijo eso, me habría lanzado a besarla y después recorrería la casa para buscar una habitación que estuviera vacía.

—Lo siento, no puedo.—Respondí lo más educado que pude. Los chicos se me quedaron mirando sorprendidos, supongo que debía ser muy extraña aquella situación. ¿Yo rechazando a una chica? Eso no había pasado muchas veces.

—Venga, no te hagas de rogar.—Continuó insistiendo Amy mientras aprovechó para agarrarme con suavidad del antebrazo—¡Me has estado mirando toda la noche!

En ese momento observé como el chico rubio que estaba hablando con Lexi intentó besarla en un rápido movimiento, ella se echó para atrás y golpeó su cabeza contra la madera del sofá. El chico parecía preocupado por el golpe que se había dado Lexi, pero ella insistía en que no había sido nada. Dudé en si debía entrometerme o dejarles y que la cosa siguiera su curso, ella parecía interesada en el chico. Ambos riendo, coqueteando, lanzándose miradas pícaras...

Quizás debía dejar a Lexi en paz. Pasar página, como se suele decir. Ella no había mostrado el más mínimo interés en mí y estaba empezando a cansarme de esperar. No podía quedarme esperando toda la eternidad a una persona que jamás me correspondería. Sí, de momento era incapaz de obviar mis sentimientos por ella, pero tal vez con el tiempo desaparecerían y podría encontrar el amor en una persona que de verdad mostrase interés en mí, no es actitud pasiva e indiferente que tenía Lexi conmigo. Y mi solución al problema estaba delante de mis ojos; una preciosa morena que me miraba con deseo.

—¿Sabes qué? Tienes razón, preciosa. En toda la noche no he podido quitar la mirada de tus hermosos ojos.—Respondí con una sonrisa.

Mis amigos volvieron a mirarme extrañados. Yo me acerqué mucho más a Amy, juntando nuestras manos por encima de la encimera y susurré, con una voz seductora, en su oído:

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