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88. El baile (Parte I)

CHLOE

9:43 p.m

Tener una mejor amiga como Alex tenía muchas ventajas pero sin duda alguna una de los mayores inconvenientes que podía encontrar era lo malhumorada que estaba siempre. Cuando algo no la gustaba mi amiga siempre hacía constancia de ello y en una noche como esa lo que más la molestaba era tener que arreglarse. Digamos que Alex no era una chica muy femenina.

Por suerte, Oliver consiguió encontrar un vestido que la convenciese lo suficiente como para no presentarse al baile en pijama. Porque sí, ella era capaz de eso y mucho más. No la importaba lo que la gente pensara y eso era algo que admiraba mucho.

Se había puesto un vestido rosa fucsia con un corte recto por encima de las rodillas, de tirantes y con un escote pronunciado. Era muy sencillo, sin ningún abalorio ni adorno añadido. Tan sólo la tela del vestido. El look lo completaban unos tacones de plataforma negros, unas uñas pintadas de color negro y un bonito maquillaje a base de colores oscuros en los ojos y un color rosa en los labios. Como último detalle había decidido dejarse su melena rosada suelta.

—Parezco una especie de Barbie poligonera.—Dijo mi amiga mientras se miraba por décima vez en el espejo.

—Estás guapísima, Alex.—Comenté con una sonrisa.—Ahora échame una mano y cierra la cremallera del vestido. Está en la espalda y no llego.

Mi amiga hizo lo que la pedí y cuando terminó de subirme la cremallera me dio la vuelta y me examinó de arriba a abajo con cara pensativa.

—¡Maldito Lucas!—Exclamó con una sonrisa pícara.—Se lleva a la mejor chica de todas.

—Bueno, mi hermano también se lleva a una chica maravillosa.—Le dije mientras acariciaba su mano con mi pulgar.—No perdamos más el tiempo. Aún necesito que me maquilles y los chicos llegarán en cualquier momento.

Alex me aplicó un maquillaje con colores claros en los ojos con tonos marrones y pasteles, un buen delineado, bastantes capas de máscara de pestañas —tal y como a ella le gustaba— y un color rojo pasión en los labios. Pero el maquillaje era algo secundario, lo principal era el vestido azul que me había comprado para la ocasión. Un vestido largo, que desde la cintura hasta los pies era de gasa y muy suelto, mientras que en la parte superior era ajustado con encaje y ciertas transparencias. Lo había conjuntado con unos zapatos de tacón negros. Por último, me había recogido en pelo en un moño bajo, un poco despeinado que le daba ese toque informal al look completo.

A los pocos minutos de terminar de arreglarnos oímos el ruido de un coche. Tanto Alex como yo nos asomamos por la ventana y pudimos ver un BMW negro aparcado justo delante de la casa y a mi hermano y Lucas acercándose a la entrada.

Mi madre y Cáncer subieron a la habitación de Alex, dónde nos habíamos estado preparando. Mi madre había decidido acompañarme a casa de Alex mientras que mi padre se había quedado con Matt en casa, pero conociéndole habría decidido venir en el coche con los chicos para verme y poner las cartas sobre la mesa con Lucas. Hacía tiempo que se conocían y aunque mi padre no era muy sobreprotector conmigo, supongo que en este tipo de ocasiones todos los padres lo son y quieren asegurarse de que su hija estará con un auténtico caballero.

Mamá se acercó a mí con lágrimas en los ojos y me estrechó entre sus brazos con fuerza. Cáncer observó la escena con diversión pero al final decidió hacer lo mismo con Alex y se acercó a darla un abrazo.

—Quita, mamá. No seas tan pegajosa.—Se quejó mi amiga.

—Tienes razón, la verdad es que no sé ni porqué intento hacer esto contigo. Nosotras no somos así.—Comentó Cáncer separándose de su hija.—Será mejor hacerlo a nuestra manera. ¿Lista?