Conociéndome

Él

Ella confiaba en él.
Le gustaba oírle hablar, verlo sonreír.
Le gustaba el modo especial en que la miraba.
Como si valiera la pena verla.
Como si le interesara escucharla.
Como si la quisiera.

Eso la hacía sentir bien. Bonita. Inteligente. Especial. Única.
Ella necesitaba sentir eso. Con toda su alma.
Él la ayudó más de lo que se imaginó.

Hoy las cosas son distintas.
Todo cambió cuando notó que él miraba a todos del mismo modo.

Eso dolió por un tiempo, pero ya no le duele.
En algún momento del viaje, ella se dio cuenta que era bonita, inteligente y única sin tener a alguien que le dijiera que es especial.
Porque ella lo es.
Y hoy lo sabe.

Él le enseñó de todo para suplir su propio ego.
Ella lo necesitó.
Hoy ya no lo necesita.

De hecho, se siente bien sin él.
Sin sus frases preparadas y sus miradas celosas.
No.
Ella está bien.
Libre como nunca antes.
Confiada como jamás estuvo.
Y no tan feliz como sabe que un día estará.

Sí.
Hoy no lo quiere.
Hoy él la quiere a ella.
Pero hoy ella ya no está.