Peter siempre fue un buen chico, un hijo obediente... el lo sabía, pero entonces ¿por que hablaba con un extraño?... quizás ya se cansó de ser un niño obediente.
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Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel.
Era la hora de la cena y Peter estaba sentado en medio de una gran mesa, en una esquina estaba su padre Tony ocupado con su tablet, del otro su padre Steve leyendo unos papeles.
Muy ocupados trabajando, apenas notaron que Peter no probó bocado, el ambiente en esa mansión era fría.
Peter miro su plato, no tenía hambre, de echo hace buen tiempo no sentía nada, como un vacío en el alma que le quitaba el apetito, la alegría, el sueño y las ganas de pelear.
A diario deseaba gritar, para sacar lo que tenía dentro, para encontrar lo que sentía perdido, las ganas de vivir.
Se sentía como una ficha, algo que tenía que encajar en las perfectas vidas de sus padre.
Siendo hijo de Anthony Stark, la gente esperaba que seas inteligente y astuto, y siendo hijo de Steve Rogers esperaban que el sea sensato, con integridad y lealtad siega a su patria, esperaban de el que sea perfecto.
Sus padres demasiado ocupados, solían olvidar con facilidad a su hijo, Peter siempre sintió que lo notaban, cuando fallaba.
Se sentía furioso cuando sus padres lo miraban com decepcion, por una falla, como si los hubiese avergonzado.
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A veces se preguntaba que tan perfecto debía ser, no podía ver el límite de las expectativas.
-¿es enserio Steve?.- el silencio se vio interrumpido por Tony.
Peter lo miro de reojo.
-¿Ahora que Tony?.- su padre Steve, nisiquiera levanto la vista.
-¿sabes que?, nada!, ignorame como siempre lo haces.- Tony se levantó de la mesa.
-¿ignorarte?, dime, ¿quien es el que está todo el día con sus aparatos?.- atacó Steve.
-si me demostrarás un poco, sólo un poco de interés Steve, es todo lo que te pido.
-cuando intentó hacerlo me ignoras, ¿que acaso soy tu esposo, sólo cuando se te pega la gana?.- Steve se levantó.
-no necesito esto.- Tony se dio media vuelta, marchándose.
-vez a eso me refiero, todo se hace cuando el perfecto Stark lo quiere.- Steve siguió a Tony.
Peter aún sentado escuchaba la pelea que tenían sus padres en la sala, tomó la copa frente a él y le dio un sorbo, se limpió la boca y con tranquilidad se levantó.
Pasó por la sala, donde sus padres seguían peleando, estos ni siquiera notaron que pasó.
Subió las escaleras, poco a poco, los gritos y la discusión se escuchaban menos.
Entró a su habitación y cerró la puerta sin hacer ruido, para el era normal no tener voz en su casa, como un fantasma en la casa, viviendo en silencio.
