ღ Un encuentro

779 41 1
                                    


Género: Lemon, Romance, Basado en la Caperucita roja

.

.


Abrí los ojos con dificultad al sentir la luz sobre mi rostro, mi cabeza dolió y dio vueltas, mi cuerpo pesaba y lo sentía muy frío. Divisé mi alrededor, yo sobre una cama y cubierto por las sábanas ¿cuánto tiempo había dormido? El sol se veía bastante alto y estoy seguro de que mi madre estará más que preocupada.

Me levanté y miré la mesa a un lado de la cama, mis ojos se abrieron enormemente al recordar lo sucedido... "No te fíes de un lobo y menos cuando esta hambriento"... Vaya que era cierto.

... ... ... ...

- Hee, ven aquí –La voz de mi madre me llamó suavemente, con la dulzura que la caracterizaba, yo alimentaba al gato y un par de ovejas que teníamos, me encantan los animales y desearía tener más pero la casa es algo pequeña, terminé de alimentarlos y me dirigí hacia ella.

- Dime, madre –Sonreí al verla y ella sostenía una gran tela roja, roja como la sangre.

- He hecho esto para ti –Dice extendiendo la tela, al verla me emociono tanto que siento que hasta se me escapa el aire. ¡No puede ser!

- ¿U-una capa? ¿Una capa roja? –La miro incrédulo hasta que la siento con mis propias manos, madre asiente y doy un grito- ¡Gracias mamá, muchas gracias! –Me aferro a ella en un abrazo, hacía mucho que deseaba esto, siempre que veía a mi madre costurar aquellas capas de diferente color para diversas mujeres deseé una, una solo para mí y por fin la tengo.

Estoy tan feliz que al apartarme corro a mi habitación para probármela, al verme al espejo me deslumbro a mí mismo, no es que sea un egocéntrico narcisista pero... No estoy nada mal. Madre dice que soy hermoso y hoy lo compruebo, mi piel es blanca cual porcelana, suave, perfecta, mi figura esbelta y delineada que puede confundirse con el de una mujer, ojos grandes y expresivos, labios gruesos y carnosos, disfrutando de la juventud de mis maravillosos 15 años.

La capucha de la capa me da una apariencia delicada, dejando ver parte de mi flequillo, algo así como una muñeca, sonrío ante mi pensamiento y doy vueltas admirando cada parte de aquella prenda. Regreso a donde madre y vuelvo a abrazarla y llenarla de besos, este regalo me ha encantado.

Y pronto se vuelve uno de mis favoritos, cuando salgo de casa no lo hago sin mi capa aunque realmente solo suelo alejarme unos cuantos metros, vivimos apartados del pueblo y madre siempre dice que es peligroso salir, al menos hasta que sea un poco más grande, nunca he entendido el porqué de su comportamiento pero no la contradigo, por más que quisiera conocer más allá de los caminos que llevan a casa de mi abuela, nuestra única familia.

Cuando madre va al pueblo por provisiones o material, siempre lo hace sola, nunca me lleva y cierra bien las puertas, ahh, supongo algún día podré conocer el pueblo y haré amigos por montones, mientras tanto, debo ser paciente, si ella lo dice, será por algo.

Aunque una tarde...

- ¿Iremos a casa de la abuela? –Pregunté al ver que madre empacaba algunos postres y telas en una canasta.

- Si pero solamente iré yo –

- ¿Por qué? –La miré con curiosidad, siempre la he acompañado.

- Porque hoy, el dueño del banco hará una fiesta en honor al cumpleaños de su hijo y habrán muchos jóvenes problemáticos por doquier –Dice con algo de molestia, aun así ni si quiera pienso en pedir permiso para ir, ella no me dejará- Además, tu abuela esta algo enferma por lo que no podrá salir ella sola –

SiChul's OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora