20 Razones por las que te odio, Hurón.

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Desde que todo el asunto de Voldemort acabó, todo mejoró. Al menos de manera general, muchas cosas dejaron de ser y otras simplemente aparecieron. El término "sangresucia " perdió todo su significado quedando simples palabras que albergaban un mal recuerdo de una época oscura llena de discriminación.

Los magos y brujas del Londres mágico y el mundo entero volvieron a respirar tranquilos cuando el Niño que Vivió derrotó al mago más tenebroso que el mundo mágico hubiera tenido.

Las cosas materiales se habían recuperado después de su destrucción que la guerra causó, Hogwarts fue reconstruida para volver a abrir sus puertas para un nuevo año de estudios y enseñanzas. El número de estudiantes que asistió aquel día en el todos se preparaban para partir en el Andén 9 3/4 llenaron las expectativas de cualquier vista optimista.

Al llegar al castillo, en el Gran Comedor para la selección de sus casas a los niños de once años y la cena de Bienvenida para los cursos superiores fue ciertamente emotiva, las palabras de ahora la nueva directora, Minerva Mcgonagall fueron alentadoras.

Aunque hubieron menos Slytherins éste año.

Al menos así lo vio la premio anual, sabelotodo insufrible, La mejor amiga de Harry Potter, comelibros, Heroína de guerra; Hermione Granger.

Al igual que todos, sus cambios fueron notorios, no sólo emocionalmente, físicamente había cambiado... Para mejor.

Y un par de ojos glaciares también pensaron lo mismo desde la mesa verde y plata.

El primer trimestre del curso se había ido volando, estaban ya a mitad del ciclo, los exámenes se acercaban y la tensión se empezaba a sentir por los pasillos encantados de aquel antiguo Castillo.
 
Caminaba enfurecida por los pasillos sin rumbo fijo, seguida de cerca por Luna y Ginny quienes la seguían con claras intenciones de saber qué Problema tenía su amiga. La Ravenclaw miraba fijamente con sus grandes ojos celestes el rebotar de los ahora domados bucles de la castaña, de manera distraída  daba saltitos para poder alcanzarla sin preocuparse mucho de quedar atrás.

Por otro lado la más pequeña de los Weasly sí que trataba casi desesperadamente de sacarle el relato a Hermione, sus mejillas se estaban volviendo del color de su pelo por el trote y su lacio cabello suelto le estaba dando calor, Claro indicio de que el verano poco a poco se acercaba.

–¡Para de una vez, Hermione!.– Le pidió su amiga pelirroja.

– Espero que hoy haya puddin en la cena.– espetó Luna de manera inocente.

–¡Concéntrate, Luna!.– Ginny giró hacia ella sin dejar de seguir a su amiga.– ¿Qué pasa, Mione?

De momento la premio anual paró en seco, haciendo que las otras dos hicieran lo mismo mirándola espectantes.

–¿Que qué pasa?.– preguntó ella. Su ceño se frunció.– ¡El hurón es lo que pasa!

–Los hurones son lindos...– divago la rubia.

–¿Quieres decir...?.– Ginny fue interrumpida por la castaña.

–¡Sí, Draco-hurón-soy mejor que tú-Malfoy es lo que pasa!.– se desahogó, dando un suspiro. Observó que sus amigas la miraban sorprendidas y ahora fue el turno de sus mejillas en teñirse Por la vergüenza de haber reaccionado de esa manera.

–¿Terminaste tu berrinche?.– La pelirroja preguntó de pronto.

– Lo lamento. –se disculpó apenada.– verán lo que pasó fue...

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