Capítulo Piloto

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Que en algunos momentos las cosas no salen como queremos, que andamos soltando lo primero que pensamos, que no tenemos un botón de apagado en la lengua...
Sí. ¿Eso ya lo sabía y qué?
Ciertamente no iba a cambiar, no es exactamente como que él le rogará a «algo más» allá en el cielo para que todo le saliera bien.
Pero mientras está sosteniendo este aparato que no sabe ni de dónde saco, comienza a preguntarse si debería hacerlo.
- Universidad pública...
Murmura aunque realmente eso pareció más un gruñido.
- ¿Universidad pública...?
Y es ahora que todo el calor de la anterior discusión comienza a bajar para dar paso a la confusión.
- ¡Universidad pública!
Y que soltara el aparato directo al suelo con un gran brinco que también lo pudo haber enviado al suelo a él, no lo esperaba.
Esto no puede ser ¿o sí? ¿Yo? En un centro del estado... ¿Cómo es que alguien puede jugar conmigo de esta manera?, bueno aparte de mi amado padre... Pero que digo, esto ya se pasó de límites. Es que,
¡no!. Simplemente ¡No!
Puede decir lo que quiera, pero yo definitivamente a una universidad pública no voy.
Sea lo que sea que estuviese hecho añicos en el suelo, ya era insignificante aunque talvez nunca tuvo importancia.
Y el joven que se paseaba de un lado a otro entre murmullos, era lo único que se podía ver con claridad en ese taller.
- ¡Bueno! Si la vida te da limones haz una buena margarita- después de tantos rodeos ir a beber fue lo único que creyó podría ser lo mejor en ese momento, claro, después de hacer una llamada considerada de vida o muerte.

Puede que no fuese saludable que estuviese ingiriendo alcohol cómo si no hubiese un mañana. Con todo, comienzo a dudar que sobreviva así que estas bellezas necesitan mi compañía o yo la de ellas... Como sea... Siempre es un placer. Y puede que abrazar una botella de whisky mientras le susurra, no sea lo más normal pero bueno tampoco es que fuera su primera botella.
Cuando ya había caído en cuenta que ese objeto no le iba a seguir el coqueteo, decidió que servirse otra ronda le convenía más. Pero su acto se detuvo cuando una voz monótona le informó que había alguien esperando la confirmación de entrada.
- Pero si yo mismo lo llamé...
Vamos, déjame ver su lindo rostro...- todas las palabras eran arrastradas, puede que los síntomas de ebriedad ya se comenzaban a hacer presentes.
- Claro, señor.
El joven dejo de lado el vaso para ponerse en pie y dirigirse a las puertas del ascensor en la sala, tratando de arreglar un poco su ropa.
El sonido de las puertas, le avisó que su visita ya había llegado y se abrieron inmediatamente para dejar salir a la persona.
- Brucieeeeeeeee...- el castaño saltó sobre el recién llegado y aprisionó el cuello de este entre sus brazos.
- Tony.- dió un suspiro cansado para luego sostener al moreno que comenzaba a tambalearse.
- Oh mi querido Bruce... Que bueno que llegaste, eres un gran amigo... ¿Sabes? Por eso te quiero...- ahora ambos caminaban hacia el gran sofá en la sala, el castaño apoyado en los brazos del otro mientras hacia grandes gestos con las manos.
- Tony, ¿qué te he dicho de tomar tanto licor?... ¿Cuánto has bebido?- ya habían llegado al sillón y ahora el castaño estaba sentado y frente a él, estaba Bruce no muy contento y cruzado de brazos esperando la respuesta a la anterior pregunta.
- No me regañes, sólo estaba bebiendo un poquito muy poquito...- los gestos de sus manos y los ojos entrecerrados, hicieron que el nombrado le diera una pequeña sonrisa y bajará los brazos.
- Está bien... Pero cuéntame bien qué pasó para que comenzaras a beber como si no hubiese un mañana- le preguntó mientras se dirigía a la cocina a preparar un café para el castaño y también algo de comer, lo conocía y podía jurar que él no había probado bocado en días.
- Howard... ¡Me lo quiere quitar todo!...- alzó los brazos en forma de plegaria para luego dejarse caer dramáticamente en el sillón viendo hacia el techo.
Bruce quién ahora estaba en la cocina, pero seguía viendo cada expresión del otro, no pudo evitar soltar una ligera risa al oír eso. Ciertamente no era la primera vez que venía sólo a escuchar los conflictos del castaño y su padre. Y tampoco creó que sea la última. Concluyó para sí mismo con un suspiro, pero dejó que el castaño siguiera en la anterior posición.
Cuando ya había preparado el café, con algunos bocados de preferencia de su amigo, colocó todo en una bandeja y se fue a la sala, donde el antes nombrado se había acostado completamente a lo largo del sofá y está vez con una pierna recogida y un brazo cubriéndole el rostro.
- Siéntate, necesito que comas algo.
La referencia a comida no hizo mucho eco sobre el castaño porque rápidamente obedeció para dejar ver gran emoción y un brillo en sus ojos, lo que confirmó la anterior teoría del otro.
- Primero bebe un poco de café, hice tus sandwiches favoritos.- dejó la bandeja en la mesa baja de en frente y no pasó ni un segundo cuando ya Tony comenzaba a dar grandes tragos al café, el cual estaba muy caliente pero no le importo al castaño, porque inmediatamente se hallaba devorando un sandwich.
- Mmmmmmm...- degustó el sabor tanto como pudo, para seguir devorando todo el contenido del plato.
- ¿Y cuántos días llevas sin comer... Exactamente?- el de lentes sostenía entre sus manos la taza de té que había hecho para si, de tantas veces que venía a "visitar" a Tony, tuvo que traer sus propias cosas personales ya que este terminaba convenciendolo de hacerle compañía en la torre.
- Aaaaahhh... ¡Estoy lleno y contento! Brucie ¿sabes que eres el hombre más genial en el mundo?... Porque yo te lo aseguro.- ahora el moreno se recostó en el brazo del sillón para descansar, apuntando al de lentes mientras con la otra se acariciaba el abdomen. Ya parecía que al castaño se le había bajado el alcohol del sistema porque volvía a su habitual descaro y tranquilidad.
- Tony, no respondiste la pregunta... Pero bien, dime porqué es qué estabas tomando licor cuando teníamos un acuerdo de «nada bebidas en casa»?
Y el joven castaño que ya había olvidado el tema, dejó de tamborilear los dedos en el sofá y bruscamente se sentó erguido.
- ¡Ahhhhhhhh!
Ese ronco grito Bruce no se lo esperaba, casi derramó el líquido con el pequeño brinco que dió y tuvo que sostener mejor la taza para luego acomodarse las gafas que hicieron ademán de caerse de su rostro.
- Me van a arruinar, destrozar, maldecir, etc, etc, etc... - aunque parecían palabras de sentencia, el castaño ya había vuelto a su relajada posición, mientras enumeraba su lista con una mano.
- Mmmm... Bueno, realmente eso no me explica mucho, ¿sabes?
- A Howard se le ocurrió la grandiosa idea de enviarme a una universidad pública... Oh, pero eso no es lo peor, no. Porque si no apruebo la carrera, me lo quitará...¡Todo!
De nuevo la histeria se apoderó del castaño, que pasaba sus manos bruscamente entre sus cabellos tirando un poco de ellos.
- Tranquilo...- Bruce se levantó de su asiento para sentarse a un lado del castaño, comenzó a darle pequeñas palmadas en la espalda para tranquilizarlo.
- ¿Estás seguro que no cambiará de parecer?- sabía que eso era imposible pero aún no sabía muy bien la situación más que lo poco que Tony le explicó cuando lo llamó, aunque más alterado.
- Sabes que no, Bruce. ¡Está loco!
Ahora se levantó exasperado y comenzando a dar vueltas por toda la sala.
- Sí, bueno... Deberías verlo cómo una lección de vida...
- Tony Stark. Soy Tony Stark. Yo no puedo ir a un centro público, con gente corriente y no.¡No! Simplemente no.
- No creo que sea eso lo que te altera...
- ¡Exacto! Eso no es lo peor, si no hago lo que me impone, me quita la herencia... ¡Voy a morir!
- Creí que no querías saber sobre Howard...
- Niego al viejo, no la herencia.
Después de muchas vueltas, el irritado castaño volvió a sentarse al lado de Bruce, cerrando los ojos y dejando caer su cabeza en el hombro del otro, soltando otro suspiro resignado.
- No sé qué haré Bruce... El problema no es ir a la universidad, la herencia o cualquier asunto relacionado al dinero... Es que sabes que no soy el mejor en las relaciones interpersonales, sólo puedo hablar para una compañía en la noche y eso. Tampoco soy ordenado y responsable, cómo soportaré aunque sea una semana en el mismo sitio. No necesito ningún título, lo sabes, es que osea soy un genio... Pero no es que tampoco crea que no hay algo más que sólo mantenerme por mi padre y si no lo consigo, todas mis preciadas creaciones serán posesión de las Industrias Stark y eso, amigo, es lo que me hace ver mi punto de quiebre... Si no paso la prueba, me quitaran mis inventos y los recursos para hacerlos...
Bruce sabía que su amigo no se preocupaba por nada y ciertamente él no era una persona paciente, pero esto era algo que no se le podía hacer, impedirle inventar.
- Tony, sé que no eres responsable ni nada pero lo has dicho, eres Tony Stark y nada te detiene, siempre te sales con la tuya y consigues lo que quieres, sólo debes esforzarte un poco, talvez no lo hayas hecho nunca pero así es como las personas salen adelante y triunfan. Sé que esto es nada para tí.
Y de un momento a otro, la tensión del castaño y la risa ligera que emitió contagió a su amigo, para luego detenerse y ver fijamente al de lentes.
- Si no fuera porque he hecho tanto drama como para parecer una chica desquiciada, te besaría... Aunque tampoco eres mi tipo, Brucie...
Al menos ya volvió a ser el Tony de siempre.
Se le pasó por la cabeza al chico de gafas, que si no fuesen tan comunes la insinuaciones del otro, su cara estaría de otro color.

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