1 - Psicopatía

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Hoseok es su persona favorita en el mundo, aunque él no repare en su existencia.

Desde que llegó a ese endemoniado lugar Hoseok ha sido su pequeña luz en medio de toda esa oscuridad, una pieza de cordura y esperanza en medio de ese caos al que llaman mente, aquella lucidez que lo hace aferrarse al pensamiento de que no todo es tan malo, de ser un poco más fuerte y tener la valentía de seguir su día a día sin deslizar la navaja por sus muñecas.

Hoseok solo llegó un día, el momento preciso en el que Taehyung no era más que sueños rotos y esperanzas muertas para no volver a ser recuperadas. El día que se sintió morir por dentro, él llegó, y Taehyung lo tomo como alguna divinidad o señal de destino para no morir de tristeza, algo así como una excusa que le permitiría aferrarse a esa asquerosidad de vida que lleva. Quizás esté actuando un poco loco mientras muerde su labio inferior al extremo de que sangre brote de estos mientras lo mira detenidamente, pero es algo que no le desagrada del todo, el sabor de su sangre en sus labios es más bien algo reconfortante. Ese actuar errado es culpa de él. Todo es culpa del chico con ojos que son como un paraíso oscuro y con esa sonrisa mentirosa. Está obsesionado, aunque decirlo de aquella manera suena un tanto feo, Taehyung solo prefiere decir que le gusta de una manera alocada, porque él jamás actuaria como un psicópata debido a él, claro que no.

Aunque es algo más que solo gustar.

Taehyung no puede dejar observar la manera en la que Hoseok muerde sus labios inconscientemente, en como parece perdido en su propio mundo y en como sonríe de esa forma tan bonita, aunque Taehyung reconoce esa sonrisa forzada. Y si así de bella era su sonrisa falsa, no podía esperar a ver cómo era la verdadera. El solo pensamiento de aquello lo hizo querer sonrojarse como si de una adolescente de quince años enamorada se tratase. Aunque de todas maneras eso es irónico, porque él solo tiene trece y realmente ya nadie se ríe de esa ironía.

Jung Hoseok lograría volverlo más loco de lo que ya estaba. Se encontraba en esa delgada línea entre locura y psicopatía. Solo la fantasía de sus labios devorando los suyos apasionadamente lograba que Taehyung se sintiera enfermo, imaginar sus manos tocando su cuerpo lo ponía aún peor. Si, él definitivamente está mal de la cabeza. No solo quizá porque Hoseok no sabe de su existencia y piensa en él de esa manera, también está mal por llegar a pensar que ese lindo chico se fijaría en un psicópata como él, porque Taehyung no es cuerdo, él lo sabe y no lo entiende ¿Cómo se supone que podría estar demente? Él no se siente de esa manera, él está bien, quizás son las personas las que están mal, de todas formas lo único que le preocupa a Taehyung ahora es que no puede leer la mirada de Hoseok, sabe que está roto y solo desea saber qué es lo que le atormenta por las noches y que es tan malo como para marcar sus muñecas de una manera tan grotesca ¿Quién está en su mente?, ¿en quién piensa cuando marca sus muñecas?, ¿por qué parece tan perdido y roto? Sea lo que sea lo que lo tiene así, Taehyung le tiene envidia, porque ocupa la mayoría de sus pensamientos. Debe ser algo o alguien horrible, piensa Taehyung. Después de todos los cortes en sus brazos no pueden ser simplemente por inseguridades.

Hay algo más raro en él que no hay en los demás chicos en ese hospital. Hoseok es el tipo de chicos que se toma las pastillas que le dan los doctores sin rechistar, el tipo de chico que a pesar de estar encerrado se comporta como un ser humano normal...como alguien cuerdo. Sin embargo aunque los hombres vestidos de blanco le dicen debe tomar pastillas para mejorar, Taehyung no cree que pueda mejorar con ellas, a él lo obligan a tomarlas varias veces al día y cuando se niega cosas malas pasan. No importa que tanto lo puedan tratar de loco, él solo siente que esas cosas no pueden quitar ningún pensamiento suicida que hay en su cabeza, esas pastillas realmente no pueden curar ninguna cicatriz, ni borrar nada sobre su asqueroso pasado.

Desde que Taehyung intentó ahogarse y lo mandaron a ese lugar han pasado seis meses y su hermano aún no ha ido por él. Desde que está ahí puede jurar que lo único por lo que podría seguir soportando su infierno de vida es porque de alguna manera mirar la bonita sonrisa de Hoseok le hace sentir como si no todo fuera tan malo y como si quizás la vida podría tener una pequeña esperanza que darle para no intentar colgarse con los cordones de sus zapatos todos los días. Por eso le gusta, diablos, le gusta mucho, tanto así que para Taehyung es más bonito que cualquier árbol que pueda mirar (considerando que Taehyung ama los árboles más que a su vida), más bonito que el sonido de su cabeza chocando contra la pared y más bonito que sus muñecas atestadas de cortes por los que salen sangres, porque realmente solo esas cosas eran bonitas para Taehyung. Ya le había perdido el amor a las cosas pequeñas, a esas en las que las personas se refugian aún cuando tienen mil y una razones para lanzarse por la ventana. Taehyung ya no conocía de esas. Esas son las cosas que puede considerar hermosas solo porque están entra la vida y la muerte, solo porque si un solo hilo se llegase a cortar él desaparecería para siempre. Y si encontraba a Hoseok más bonito que todas esas cosas bonitas que él ama es porque quizás de verdad Hoseok logró atraparlo como a un estúpido cliché. Taehyung solo espera que no acabe con lo poco que le queda de cordura. Pero por ello no tiene que preocuparse porque Hoseok parece no haber oído su nombre ni por casualidad. Y quizás está bien así, Hoseok no parecía ser de esos chicos sin esperanza. Hoseok parecía tener algo por lo que luchar y por lo que sonreír, algo por lo que salir adelante. A Taehyung le gustaría tener una de esas. Sin embargo por ahora solo puede jurarse a sí mismo que al salir de ese lugar irá a reencontrarse con su amado puente y esta vez para siempre. Y si no funciona, con su querida cuerda que lo espera en aquel remoto bosque cerca de su escuela, y si no funciona aún puede ir por un poco de gasolina y esparcirla por el suelo de su habitación hasta que la gasolina y el fuego se reencuentren como los amantes trágicos que son. Taehyung sería el testigo y como agradecimiento se iría directo al infierno. Y si aún así aquello no funciona, su querida navaja, esa con la que su mismo padre le hacía daño le estaba esperando en el baño junto a un frasco de pastillas y el agua fría de la tina que lo ahogaría cuando se durmiese. Y así hay tantas maneras. Taehyung realmente ya no tiene excusa para no marcharse y está seguro de que esta vez, nadie lo va a encontrar porque nadie lo va a buscar.

Eso lo hace feliz hasta que Hoseok se cruza en su camino y sonríe con esa maldita sonrisa que hace a Taehyung querer vomitar y darle mil y un motivos para seguir viviendo.

cure ✿ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora