Flashback
Una semana antes...
Narra Nina
- Niños, como ya saben hoy practicaremos el hechizo de reanimación - dijo mi madre mientras que veía un pescado muerto y oloroso, no era agradable esto, pero lo hacía le mi hermano... Para que no estuviera solo, además no me venía mal entrenar un poco el hechizo.
- Nina no se vale, tú ya sabes - lograba sentir su frustración en su tono de voz porque no lograba realizar el hechizo con la misma facilidad que yo.
- Es fácil solo tienes que concentrarte y ya, mira - puse mis manos sobre aquel cuerpo muerto y con poca concentración logre hacerlo, aquel cuerpo muerto estaba dando golpes en la mesa en busca de agua y sin poder respirar.
- ¿Nina que le pasa?, hay que echarlo en el agua - lo decía con miedo y ansiedad y justo cuando le iba a contestar él ya lo llevaba entre las manos corriendo en dirección al estanque que teníamos en el castillo y justo cuando iba a ir detrás de él escuche mi nombre.
- Señorita Niña, el señor Rey quiere que vaya a su privado, la está esperando.
- Solo asentí y me dirigí hacia ese lugar tan tétrico.
- Al llegar toque la puerta con cierto miedo y solo puede escuchar un adelante.
- padre, me mando hablar? - tenía miedo, no sabía para qué me necesitaba si desde que llegó no me había dirigido la palabra.
- Sí Nina, como ya sabes ya estás en edad para casarte - lo decía con obviedad, como si esperara algo de mí. - y ya tengo propuestas de arios reinos para que te cases.
- Pero papá, yo no pue... Me interrumpió inmediatamente con ese tono de voz tan autoritario.
- No me interrumpas cuando te esté hablando, no te he dado permiso, ¿que acaso tú madre no te enseño modales como el mocoso ese? - sentía una rabia, quería solo irme y dejarlo hablando, pero solo me asentí para no traerme más problemas. - ya escogí al indicado, y lo conocerás el sábado, en el baile de máscaras que tú madre hará, ahora sí habla y espero que tu respuesta no sea un no.
- Está bien papá, me puedo retirar - sentía un nudo en la garganta, una lágrima resbaló por mi mejilla, y él solo se limitó a ignorarme para indicarme tácitamente que ya tenía que irme.
Salí corriendo, a un pequeño rincón del enorme palacio para que nadie me viera llorando y maldiciéndolo.
- ¿Porque tuvo que tocarme el de padre, que castigo tenía que pagar para que me tratara así? - repetía una y otra vez en mi cabeza, hasta que me quede dormida en ese solitario lugar.
- Narra Marcus.
- No podía dejar morir a ese animalito, tenía que salvarlo, no sabía qué hacer hasta que se me ocurrió ir corriendo al estanque, el allí viviría bien, con sus hermanitos.
- Lo eché al agua y me quedé observando cómo nadaba y se alejaba en el grande estanque, mientras que estaba allí, mi madre llego con un semblante amoroso.
- Mi bebé hermoso, ¿Qué estás viendo?
- No me digas bebé, ya soy hombre, ya tengo 13 – quería que las personas me dejaran de ver como un niño indefenso al cual tendrían que cuidar para siempre, yo podía hacerlo por mi cuenta
- Tú siempre serás mi bebé no importa la edad que tengas, siempre estaré cuidándote – al decir eso mi corazón se enterneció, ama a mi mamá y haría cualquier cosa. Al decir esas palabras se acercó al estanque y con sus manos tomo un poco de agua y lo convirtió en un dije en forma de cristal, el cual extendió su mano y me dijo.
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LAS MEMORIAS DE UN VIEJO HECHICERO
RomanceTodos buscan un verdadero amor, y yo lo encontré, pero una series de eventos me lo hicieron perder... No una sino varias veces que les contaré... Esta historia es algo irreverente, poco convencional, por lo regular no estará basada en una sola época...