CAPÍTULO 1: Ignición

299 6 2
                                    

Poderosa como el Fuego, Fragil como el Cristal

Capitulo 1 - Ignición

Ignis despertó dando una fuerte bocanada de aire, el mismo impulso que la hizo sentarse hasta calmarse y darse cuenta que todo había sido una pesadilla. No era la primera vez que la tenía, sin embargo, ultimamente la pesadilla se intensificaba más y la hacía dudar si lo que soñaba era realidad o solo un mal juego de su mente.

Miro a su alrededor, ya estaba atardeciendo, se había dormido en el césped de la colina mientras contemplaba el paisaje sentada, con su espalda recargada en el manzano al que siempre iba cuando se sentía perdida, desorientada, harta de todo y de todos.

Antes de volver a su cabaña se tomo unos minutos más para retomar su pensamiento que había sido suspendido por una pequeña siesta en la colina.

Sabía muy en el fondo que aquello que rondaba su cabeza no era solo un pensamiento, era un presentimiento. 

Más temprano ese día, al levantarse y desayunar como lo hacia de rutina, no había encontrado a su tía Gard regando su pequeño jardin como lo hacia cada mañana desde que ella tenía memoria. Sabía que a su tía le encantaban los paseos por el bosque y quizá eso habría interferido en la rutina diaria, asi que Ignis no dudó en continuar con la suya. 

Pero la cabaña ya estaba limpia y su conejo Jarfy, alimentado, recorrió la huerta detrás de la cabaña y vió que algunos tomates estaban listos para cosechar, pero no tenía ganas de eso. Ir al pueblo no era una opción “-Nunca te alejes de tu hogar, el pueblo puede tener a personas malas que querrían hacerte daño, la gente no es buena como tú, cariño... no te olvides, la curiosidad mato al gato” Era algo que Gard le decia desde que era pequeña. Ignis no estaba segura de porqué, pero su tia le daba como única explicación que el único objetivo de su vida era cuidar a Ignis hasta que ella sola encontrara su destino y su camino a seguir. Nunca desafiaria las reglas que Gard le imponía, no podría hacerle eso a quien la crió desde que sus padres la abandonaron al nacer, por eso no oponía resistencia alguna y se resignaba a creer que los limites que su tía le ponía eran solo y exclusivamente para su bien.

Ignis no estaba segura de cual era su destino, ni tampoco tenía una idea clara de que era, había estudiado toda su niñez con su tía, le había enseñado a leer, luego los números, modales y sobre todo jardineria y tareas del hogar. 

Así que con a penas 16 años y unos meses, Ignis no sabía en absoluto que haría cuando creciese lo bastante como para independizarse, ni pensar en que haría si Gard muriera de repente por una enfermedad, despues de todo su tía ya pasaba los 60. Ignis estaba desconcertada y temerosa de aquel futuro venidero que de seguro la golpearia tan fuerte que la haría sucumbir a los misterios que le deparaban.

Alejando la cosecha como tarea a realizar y el pueblo como un paseo estrictamente prohibido, miró a la verde y brillante colina que se erigía a un costado del bosque en el cual vivían, solo que su cabaña se ubicaba en la parte menos espesa.

Mientras subía con pasos firmes hacia el manzano, podia sentir el aroma de las flores de la colina mezclarse con la brisa que revoloteaba en su cobrizo cabello y acariciaba su cara dando una sensación refrescante que apasiguaba el terrible calor que el sol le propinaba en sus dias de verano.

Al llegar al manzano saltó hacia una rama y tomó una manzana, era de color rojo intenso y brillaba bajo la luz del sol.

Se sentó y se apoyo en aquel árbol, fue entonces cuando al momento de darle el primer mordisco, una punzada de miedo la inundo por un segundo, para luego convertirse en insertidumbre que la hizo alejar la manzana de su boca por unos segundos.

Princesa de Fuego y CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora