Cuando la conocí

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"La vi de lejos, acercándose hacia mi, sin decir una palabra, solo con una sonrisa sugerente en el rostro. Sentí sus manos tocando mis mejillas, mirándome fijamente a los ojos, sin decir alguna palabra aún; sus labios acercándose lentamente a mi boca y aquella sensación de que no existe el tiempo mientras sus besos embriagantes tocaban mi alma al ritmo de los latidos de un corazón enamorado. Tres palabras que me estremecen el cuerpo "Te amo amor", una última mirada hacia mis ojos... y me despierto, todo era un sueño. Necesito entender que ella ya no está junto a mi" Pero les contaré como inició todo este drama.

Era verano aún, aquella noche salí con algunos amigos a tomar un café y conversar un rato, pues hacía mucho tiempo que no los había visto. Después de terminar Jhon propuso ir a un Disco bar, que quedaba a unas pocas cuadras de donde estábamos, a lo que todos asintieron, pero yo ya estaba muy cansado y decidí ir a casa.

Cuando estaba ya acostado en mi cama recordé que tenía que enviar algunos archivos importantes desde el celular, busqué por todos lados y no estaba. Entonces recordé que se lo había prestado a Halley para que hiciera una llamada. No tuve me quedo otra opción y fui a buscarlos al Dico Bar llamado Aura.  

No me tomó mucho tiempo encontrarlos, pero Halley no estaba ahí, había ido a los servicios. Mientras la estaba esperando me ofrecieron una copa y como se sabe, a un grupo de amigos jamás puedes decirles que no porque de todos modos vas a terminar tomando la copa de licor. 

Jhon se me acercó.

-¿Ves a esas dos chicas de allá?- Me peguntó, mientras me tomaba del hombro.


-Si ¿Las que están al costado de la barra?-

-Exactamente, sígueme las invitaré a bailar- Respondió, empezando a caminar hacia ellas.

No me haría daño bailar un rato, pensé y fui tras el.

Jhon era de las personas extrovertidas, sin temor al rechazo o cosas así. Para cuando llegué junto a él, esas dos hermosas mujeres ya habían aceptado bailar. 
Me acerqué a la chica con la que bailaría, me miró a los ojos.

-Hola- Dijo, mientras sonreía, y tal vez fue la sonrisa más hermosa que jamás había visto.

Me puse muy nervioso, mis latidos se aceleraron, una sensación escalofriante mente placentera recorrió todo mi cuerpo mientras tocaba sus manos. Por primera vez, sentí que el tiempo se detuvo y en ese instante, realmente pensé que si existe el amor a primera vista. 

Ella no dejaba de sonreír y pues yo, yo la miraba embelesado.

-¿Cuál es tu nombre?- Pregunté, sin poder dejar de mirarla.

-Me llamo Marian- Respondió con una sonrisa picaresca en el rostro.

Le sonreí, pensé en preguntarle su número de celular, pero mientras dubitaba en la manera en la que lo haría, la canción se fue terminando. 

-Nos tenemos que ir- Dijeron ambas.

Marian, se me acercó, me dió un beso en la mejilla y se despidió.

Regresamos al grupo de mis amigos, Halley ya estaba ahí. Me entregó el celular y me invitó otra copa de licor. Estaba parado ahí, pero mi mente se fue con aquella chica, la de la sonrisa hermosa.

Camino a casa, pensaba en ella, no me podía sacar de la cabeza aquella mirada y esa sonrisa picaresca. Recuerdo que ese día me quedé dormido pensando en ella.

Al día siguiente, desperté y por algunos minutos en mi mente no habían rastros de Marian, pero luego ella ocupo todos mis pensamientos. Esa chica me gustaba demasiado, pero ¿Por qué? si solo la había visto una vez y por algunos pocos minutos, es algo que no entendía y aún ahora después de tantos años no logro entender. Lo único que sabía es que me estaba enamorando de una chica que probablemente jamás vuelva a ver y si la encuentro tal vez nunca ella sienta lo mismo que yo. Aún así intenté buscarla por redes sociales y por todos los medios que estaban a mi disposición. 

Por algunas semanas lo intenté, pero no obtuve algún resultado. Ella era un fantasma, el fantasma que entumecía mi entusiasmo y provocaba escalofríos en mi corazón. Sentía tanta impotencia, hubiese dado cualquier cosa por verla aunque sea solo una vez más, pero el destino, el maldito destino se negaba a hacerme coincidir con ella. 

Después de algunos días me resigné, volver a encontrar a una chica en una ciudad tan grande sin saber nada más que su nombre era algo casi imposible y dejé de intentar buscarla, pero aún por las noches recordaba aquel momento, en el que sus bonitos ojos estremecieron mi alma.


Esta historia la estuve pensando por muchos meses, pero por falta de tiempo (la academia y todo lo que tenía que estudiar) no tenía tiempo para escribirla, pero ahora ya me tengo tiempo disponible. Es mi primera historia romántica, espero que les guste y espero alguna sugerencia.
PD: Gracias por leer.


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