Un encuentro caótico con brigitte grey

Un inesperado encuentro caótico

Viendo desde los ojos de Brigitte

esta noche el cielo se encuentra muy oscuro, la tranquilidad que transmiten las pocas gotas de lluvia que chocan contra la ventana es acogedora, me encuentro acurrucada en el sofá con las rodillas en el pecho, viendo hacia la ventana que da a la calle, llevo puesta mi pijama y estoy descalza, observo como las personas buscan refugio de la lluvia naciente y me causa gracia ver las caras amargas que hacen al saber que se mojaran en una noche tan fría.

Me dispongo para ir a la cama, pero en el instante que decido levantarme del sillón un destello de una luz azul, proveniente de un relámpago, alcanza el cristal traslucido y llega hasta mis pupilas, siento un frió agudo que recorre mi cuerpo a gran velocidad, volteo mi rostro para ver a mi gato que se encuentra a mi lado, me ve fijamente a los ojos, él se eriza, su pelo se eleva espontáneamente, me muestra sus colmillos mientras gruñe, de repente da un salto y sale corriendo para esconderse bajo mi cama. Su comportamiento me deja en shock, mis músculos se tensan y quedo completamente inmóvil, un par de segundos después escucho el sonido ensordecedor de un rayo,siento como mi cuerpo se estremece al recuperar la movilidad, las pocas luces de la casa se apagan y solo logro ver cuando la luz de los relámpagos se cuela por la ventana e ilumina la sala, intento correr hasta mi habitación pero siento que la temperatura de mi cuerpo comienza a elevarse, siento que mis ojos son dos esferas de fuego y el dolor me hace gritar, paso mis manos por mi rostro pero parece que son combustible que hace que el fuego cubra mi cuerpo, se me dificulta respirar y el dolor hace que salga un grito con mucha fuerza pero que no causa ningún sonido, solo escucho la lluvia y algunos truenos, guiada por la luz de los relámpagos me arrastro hasta la puerta, al salir siento como cada una de las gotas alcanza mi cuerpo y apaga las llamas que lo consumen.

Comienzo a escuchar varias voces que susurran a mi oído:

-muéstrate, muéstrate, muéstrate...

No me esfuerzo en mirar quien habla, sé que son mis amados demonios que se han liberado de lo más recóndito de mi ser, para volver a posesionarse de mi cuerpo mortal y liberar mis verdaderos sentimientos, para que pueda llevar a cabo mis más profundos pensamientos, mis más meditados planes que saciarán esta sed de sangre por algún tiempo.

algunas lágrimas se escapan de mis ojos, para recorrer mis mejillas y confundirse con la lluvia, no puedo contener tanta felicidad, me pongo de pie y observo que la calle esta vacía y cubierta por una densa niebla, solo es iluminada por algunas bombillas viejas que despiden una tenue luz amarillenta. Solo pienso en matar a alguien con mis propias manos y este instinto es alentado por una gran cantidad de energía que me han traído mis demonios desde lo más profundo del averno para darme la fuerza que me es necesaria para satisfacer mis necesidades.

Los truenos han cesado y comienzo a recorrer las frías calles de la ciudad en busca de una víctima perfecta, no me es necesario recorrer muchas calles para encontrar a un idiota sentado en una parada de autobús, me emociono y corro hacia él, corro con tanto frenesí que a pocos metros de llegar a mi victima resbalo y caigo sobre el frió y húmedo cemento de la calle ,Mi cabello cubre mi rostro.

-Mi victima ha venido a mí, esto no podría ser más fácil, pensé, hasta que una voz de un tono fuerte me saca de mis pensamientos para preguntarme:

- te encuentras bien¡?

pero cuando alzo la mirada me encuentro con la mano de un joven que quiere ayudarme.

-sí, gracias. Le digo mientras tomo su asquerosa mano para levantarme, me dice:

- te has dado un gran golpe.

Solo hace falta escucharlo para saber que es un idiota, en ese instante viene a mi mente una gran idea.

-sí, solo quería llegar rápido a casa.

Le digo mientras sonrío.