Prólogo

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Disclaimer: Desde lo mas oscuro del viejo continente, hemos traído al Campeón ideal, el príncipe salido de los cuentos de hadas, porque un hombre como él, no merece ser sólo un personaje más, merece un protagónico. Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.

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(N/as: Contiene spoilers del libro HP4 xD)

Era una noche de 30 de Octubre, la luna ya se iluminaba en el cielo nocturno a pesar de sólo eran las seis de la tarde, todos los estudiantes de Hogwarts se encontraban en la escalinata de entrada al viejo Castillo de Hogwarts, en espera de la llegada de lo alumnos de Beauxbottoms y Durmstrang.

Las francesas fueron las primeras en aparecer sorprendiéndolos por su forma de arribar y por la altura de su directora Maxime, el frío apremiaba y los búlgaros parecían no aparecer, ¿cuánto más tendrían que esperar?

-¿No oyen algo? -preguntó Ron repentinamente.

Un ruido misterioso, fuerte y extraño llegaba a ellos desde las tinieblas, un sonido de succión, todos se encontraban en expectativa de saber que significaba ese ruido, Hermione lo analizaba cuando escuchó la voz de su compañero de casa.

-¡El lago! -gritó Lee Jordan, señalando hacia él- ¡En el lago!

Hermione desde su posición en lo alto de la ladera; desde donde divisaban los terrenos del Colegio, tenía una buena perspectiva de la lisa superficie del lago, en cual, algo se agitaba, aparecieron grandes burbujas y luego se formaron unas olas que iban a morir a las embarradas orillas. De en medio del lago un remolino, de donde comenzó a salir muy despacio lo que parecía un asta negra, y luego se vio las jarcias...

No podía creer lo que veía aunque había leído el libro Historia de Hogwarts, no era lo mismo leer narraciones y descripciones de los transportes de otras escuelas a observar con sus propios ojos algo así. Volvió a la realidad, cuando Harry a su lado exclamó:- ¡Es un mástil!

Majestuosamente, el barco fue surgiendo del agua, brillando a la luz de la luna. Lo que producía una extraña impresión de cadáver, como si fuera un barco hundido y resucitado, y las pálidas luces que relucían en las portillas daban la impresión de ojos fantasmales, nadie podía negar que era todo un espectáculo, parecía salido de las películas muggles, al menos eso pensaba Hermione. Finalmente, con un sonoro chapoteo, el barco emergió en su totalidad, balanceándose en las aguas turbulentas y comenzó a surcar el lago hacia tierra.

-Por fin los conoceremos -espetó con curiosidad en su voz Ginny.

-Vamos Ginny, son sólo personas comunes y corrientes -expresó Hermione, con distinta cultura e idioma, pero nada que fuese extraordinario.

A la luz de las portillas del barco, vieron las siluetas de la gente que desembarcaba.

Hermione pudo distinguir unas figuradas que sin duda tenían una constitución que le recordaba a ciertos Slytherins, cuando se aproximaron más, subiendo por la explanada hacia la luz que provenía del vestíbulo, vio que su corpulencia se debía en realidad a que todos llevaban puestas unas capas de algún tipo de piel muy tupida, claro ella sabía que su escuela estaba en algún lugar de Bulgaria, en donde el clima era frío, pero aquí no era necesario usarlas.

-¡Dumbledore! -gritó efusivamente mientras subía la ladera, una figura que se encontraba al frente del grupo de alumnos que habían llegado- ¿Cómo estás, mi viejo compañero? ¿Cómo estás?

-¡Estupendamente, Karkarov! -respondió Dumbledore, estrechando su mano.

-El viejo Hogwarts -pronunció Karkarov, admirando el castillo-, es estupendo estar aquí... -Giró su cabeza para mirar hacia atrás, donde se encontraba uno de sus alumnos- Viktor, ve para allá, al calor.

El Príncipe ExtranjeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora