Ya había pasado 1 hora y media desde que Astrid y Bestia empezaron su recorrido desde el bosque hasta el hogar de la pequeña, y a medio camino, Bestia se hacia una pregunta que no lo dejaba pensar claro, si no que esta era ¿Por qué Astrid no temía de él?.
Llegó un cierto punto en el camino en que Bestia ya no aguantaba más y decidió preguntarle a ella la duda que el tenia. A lo cual ella respondió.
—Cuando me acerque a ti, tenia mucho miedo, tanto, que no podía moverme, pero al ver que me quisiste ayudar, vi que no eras tan malo.—Está bien, ¡Oye mira! Hemos llegado al pueblo, solo hay que buscar tu casa —exclamó Bestia.
—Está por aquí —respondió Astrid.En cuanto llegaron al pueblo, buscaron la casa de Astrid, y al encontrarla ella se asomó por una de las ventanas del establecimiento, en la cual se podía ver a sus dos padres llorando por ella. Al ver esa triste escena, Astrid supo que tenía que entrar de inmediato. Así que se acercó a la entrada y tocó la puerta, a lo cual su padre abrió y al ver a su pequeña, parada en la entrada, su rostro cambio de una expresión triste a una muy alegre, como si no hubiera visto a su hija en años. En eso, abrazó fuertemente a su pequeña mientras su madre se acercaba rápidamente a hacer lo mismo.
Después de haber pasado un gran momento, su padre, volteando hacia Astrid, cierra la puerta, pero siente que la puerta se atasca así que dirigió su mirada hacia ésta misma y lo que veía era que lo que le estorbaba a la puerta era nada más y nada menos que una criatura espantosa, a lo que los padres se alarmaron demasiado.
—¡Esconde a Astrid, querida!, yo me encargare de esto —gritó el padre a la madre.
La mujer, gritando demasiado fuerte, hizo que Bestia se alarmara también y empezase a atacar al padre de una forma brutal, desmembrándolo rápidamente. En ese momento, la madre resguardó a Astrid en el sótano mientras que ella se disponía a enfrentar a Bestia. Agarrando un hacha del mismo sótano, fue a buscar a la criatura, y aunque Astrid tratando de detenerla, porque ella sabia que su madre no podría con tal criatura, sus esfuerzos fueron en vano, ya que su madre no la quiso escuchar y salió rápidamente del sótano, dejando a su hija encerrada en el.
En cuanto dejó el sótano, la madre, se dirigió a la entrada donde se encontró con el cadáver de su esposo descuartizado, y en ese momento cayó en llanto la mujer dejando caer el hacha.
En un momento de descuido, mientras la mujer lloraba a su difunto esposo, la criatura se dirigía lentamente por detrás de ella, hasta que finalmente la atrapó y la empezó a devorar, mientras ese horrible suceso ocurría, Astrid logró salir del sótano, pero en el instante que salió vio como Bestia se devoraba parte por parte a su madre.
—¡¿Bestia, qué haces?!, pensé que eras mi amigo —gritó la pequeña desesperada.
Bestia al escuchar eso, volteó rápidamente a ver a Astrid y en ese instante ella vio sus ojos, eran diferentes, ya que se tornaron de un color gris oscuro, y no hablaba, sólo rugía, y ahí es donde ella se dio cuenta que su amigo había cambiado, ya no era el mismo que ella había conocido hace un par de horas atrás. Era como si Bestia hubiera perdido la memoria y se hubiera rebajado al nivel de un animal salvaje sin control.
Bestia se balanceó inmediatamente hacia Astrid y con una mano levantó a la pequeña quedando atrapada.
—Lo-Lo siento... —dijo Bestia con un tono casi nulo de entender.
—¡No, esto no debe terminar así, sé que te conozco desde hace muy poco, pero se muy bien que no eres así! —gritó Astrid mientras casi llorando.Bestia cada vez acercaba más a Astrid a su boca, en la cual se podía observar un vacío oscuro y profundo, pero, antes de que Astrid fuera comida por Bestia, una de sus lágrimas cayó y toco la piel de Bestia, recuperando este mismo su memoria, y entonces dejó a Astrid en el suelo, mientras el miraba su alrededor viendo lo que había hecho.
—¡No! No de nuevo, Astrid, ¿Estás bien? —preguntó Bestia.
—Estoy bien, pero ellos no —respondió Astrid mientras señalaba a los restos de sus padres que yacían en el suelo de la entrada.
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Beast
FantasyBeast cuenta la historia de Astrid Wilson, una niña que por azares del destino se encuentra con una criatura algo peculiar.