Capitulo III: Nuevo inicio

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Después de la horrible tragedia, unos policías y médicos forenses acudieron a la casa donde había ocurrido todo pero en cuanto llegaron, Bestia y Astrid ya se habían marchado de tal escena, ya que Bestia se dio a la tarea de cuidar de la pequeña, a la cual se la llevó al bosque para así educarla y hacer que ella creciera sana y fuerte.

Al principio no fue fácil para él satisfacer las necesidades de una niña pequeña, pero conforme pasaba el tiempo los dos aprendían a cuidar el uno del otro, ya que Bestia le llevaba comida a Astrid y le enseñaba uno que otro método de supervivencia para seguir con vida en el bosque. Aunque a Astrid no le agradaba mucho ese estilo de vida, sabia que tenia que sobrevivir y al tener a su amigo y mentor, sabia también que eso le ayudaría mucho.

Aveces ellos salían a cazar juntos para conseguir la comida del día. —¡Hey! Mira Bestia, cerca de aquí hay varios venados —gritó Astrid con entusiasmo.

—Ya veo, haremos esto, tu lanzas esa baya morada cerca del venado y en cuanto él vaya por el fruto, yo atacaré para que este listo para comer —dijo Bestia.

—E-está bien —comentó ella con un poco de miedo.

Enseguida, la pequeña lanzó la baya y velozmente el venado cayó en la trampa, en donde Bestia actuó con rapidez, matando al animal de una sola mordía en el cuello. —Perfecto, solo hay que llevarlo a casa y cocinarlo —exclamó Bestia con emoción y con un poco de sangre en la boca.

—Entendido —respondió ella mientras ayudaba a jalar cadáver del animal a su cueva, en donde por cierto, ellos vivían.

Así que Astrid prendió una fogata, donde cocinaba todas las presas capturadas en el día, para que ella y su amigo pudieran vivir otro día más en el frío y nevado bosque.

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