Usui
No me habia dado cuenta de que me quede dormido, cuando giré para ver a Misaki... no la encontre en la cama, me dio panico y me paré enseguida a buscarla, no estaba en el baño, tampoco en el armario, entonces decidí bajar y ahí fue donde la vi, en pijama, sirviendose una taza de café dandome la espalda ya que no me habia visto aún.
La tome de la cintura y la abrace, escondí mi cara en su cuello, uno de mis lugares favoritos, Misaki puso una mano sobre mi brazo y se giró para verme, cuando encontró mis ojos se me quedo viendo fijamente, esa mirada almendrada me encantaba me sentia desfallecer, me sonrió, con la misma sonrisa que solo me desmostraba a mi, llena de amor.
-Hola cariño- me besó y yo le correspondí el beso, acercandola más a mi.-Hola mi amor- le contesté.
-¿Quieres café?- yo negue con la cabeza y le sonreí, fui hacia el refrigerador y saque una jarra con jugo de naranja, me serví un vaso y fui a la sala donde estaba Misaki sentada viendo la televisión, me senté junto a ella y le rodeé los hombros con un brazo haciendo que ella se recargara sobre mi.
Tenerla de nuevo en mis brazos se sentia muy bien, como si me completara.
-¿Que hora es?- me preguntó, vi el reloj en mi muñeca. -Las 2:30 de la tarde- ella me miró, sabia exactamente las expresiones que hacia, con eso me fue suficiente.
-¿Quieres salir a comer?- ella me sonrió de oreja a oreja y asintió con la cabeza, le di un beso en la mejilla y me levanté para dirigirme hacia la habitación, Misaki me siguió por detrás, entramos y fuimos al armario para cambiarnos, terminé de cambiarme y vi que Misaki estaba en el baño haciendo una coleta.
-Estoy lista- yo le sonreí y le ofreci mi mano la cual acepto con gusto, tomé mi celular, llaves, cartera y salimos de la casa, cerré con llave y nos dirijimos al auto, ya cuando entramos lo encendí y di marcha a un restaurante que estaba en la calle de abajo, ese siempre nos a gustado a Misaki y a mi.
-Gracias por las rosas- me dijo sonriendo, yo la tomé de la mano y le besé en los nudillos, de inmediato vi como se sonrojaba era algo que siempre me gustó de ella, lo timida que era.
-Lo que sea por ti princesa- me dió un beso fugaz, llegamos al restaurante, estacioné el auto y nos bajamos, tomé de la mano a Misaki y entramos, no sentamos en la mesa de siempre, en la orilla.
Después de comer, nos quedamos un rato hablando, realmente me podría quedar mirandola todo el día cuando sonrie, es tan tierna... Llegó la hora de irnos, dejé el dinero con algo de propina y nos dirijimos de nuevo a casa.
-Iré a cambiarme- dijo mientras subía las escaleras para ir a la habitación, yo fuí a la cocina y me serví un vaso con agua, después subí a la habitación y vi a Misaki acostada en la cama leyendo un libro.
