Capítulo 2

81 5 0
                                    

-Mi estado y lo que yo haga no es cosa tuya.-Le dije con la voz más dura que acerté a poner.- Lo que yo haga es cosa mía.

-No, al parecer tampoco es cosa tuya, ¿De que psiquiátrico te han soltado? ¿Se han olvidado de ti tus médicos?

Era tan mordáz como el filo de una cuchilla de afeitar.

-¿Y tu? ¿De qué grupito de moteros baratos te has escapado?

Me dirigió la mirada más dura y desafiante que me han echado nunca, levantó su vaso y señaló con el al barman.

-Tu, ponme otra.

Me volvió a mirar. Su expresión vacía de emociones.

-Deberías utilizar un espejo de vez en cuando.

- Estoy a gusto conmigo misma, ¿puedes decir lo mismo?

En sus ojos vi un atisvo de tristeza.

-Si estuvieras agusto contigo misma no beberías, igual que yo, igual que todo el que ha pasado por la barra de este sitio de mala muerte.

El camarero le lanzó una mirada completamente agresiva.

-Si no te gusta puedes irte a tomar por el culo, por ejemplo.

- Como no te calles te clavo la lengua a la pared con ese agitador.

Su mirada era completamente fria, su voz monótona y tranquila, y eso era lo que de verdad daba miedo. Su mirada se volvió a perder en la botella y el barman hizo ademán de ir hacia el teléfono, ambos sabíamos que eso significaba que iba a llamar a la policía.

-Estarás muerto antes de descolgar.

No le miró, no le hacía falta, el camarero retiró lentamente la mano del teléfono.
Haciendo acopio del último soplo de valentía que le quedaba, el camarero sacó una escopeta de debajo de la barra y le encañonó.

-Lárgate de aquí y llévate a tu amiguita contigo, no os quiero volver a ver aquí.

El motero sonrió de medio lado sarcásticamente, como cuestionandose que el barman supiera como usar el arma. Yo me levanté y me dirigí a la puerta mientras ví como él dejaba un billete en la barra y cogía la botella que tenía en frente.
Me paré en frente de la puerta y el motero salió dándome un empujón con el hombro desde detrás.

Yo no tengo la culpa de que amenaces a la gente para sentirte más seguro de ti mismo.

Me miró con desdén.

-¿No te has cansado de jugar a hacerte la dura?, ¿No tienes ninguna peli romántica que ver para llorar con helado? Déjame en paz de una puta vez, no he pedido tu compañía.

- Ni yo he dicho que quiera la tuya, gilipollas.

Se acercó a mi y pude sentir su aliento dulzón y pesado.

- Mira niñata, deja de tocarme las pelotas, acabo de ver morir a un hermano, tengo otras cosas mejores de las que preocuparme que de una tía pasada de vueltas.

En ese momento algo se removió, su cara expresó algo, una mezcla de tristeza y un odio desesperado y profundo, sólo fue un segundo, pero estaba allí.

-Perdona, no tendría que haberme puesto así. ¿Cómo te llamas?

-Supongo que si, me llamo Austin, pero todos me llaman Ray. Dime Kate, ¿Tienes algún lugar a donde ir?

-No

Me miró largamente.

-Ven

Se dio la vuelta hacia un Ford "Gran Torino" negro aparcado en el callejón de enfrente.

-Pensé que irías en moto.

-Los moteros no siempre vamos en moto ¿Sabes?

-Pensaba que erais moteros porque ibais en moto...-reí.

-Eso denota que no sabes mucho de mi mundo.

-Pues dime, ¿Qué me pierdo de ese mundo?

Se quitó la chaqueta de cuero dejando al descubierto sus brazos plagados XD tatuajes dispersos.

-Creeme, no te gustaría saber nada de mi mundo.

-Pues yo creo que si.

Black Wolf MCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora