Capítulo 3

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-Dime, ¿Tienes algún tatuaje, Kate?

-Sí, pero no te lo pienso enseñar.

-¿Ves todos estos nombres?

Se señaló el interior del antebrazo izquierdo, había unos ocho nombres tatuados en columna, al final de ella tenía una venda.

-Eran mis hermanos, mi familia, personas como tu y yo que ahora son cadáveres, ¿Sabes por qué? Por estar en mi mundo.

-Y si es tan malo ¿Por qué sigues en el?

-¿Ves este otro?

Era el símbolo del club, el lobo negro encadenado, lo llevaba sobre el corazón.

-Mi club es mi hogar, es mi familia, las cadenas que atan al lobo son las cadenas que me atan a mi clan. Nunca abandonaré a mi club. Oye, hace frío, vamos, te llevaré a un motel.

Al abrir la puerta del coche vi una camiseta llena de sangre en la parte trasera y acto seguido se empezó a escuchar un gran ruido de motores. Ray se apoyó contra el volante pero no arrancó, se quedó allí hasta que una decena de motos aparecieron delante del coche. De la que iba en cabeza se bajo un tipo alto y corpulento, mayor, con una poblada barba blanca y gesto serio y triste. Sin mediar palabra will se bajo del coche y le abrazó.

-Lo siento, Ray.

Como si nada le afectara en superficie se dio la vuelta y se subio de nuevo al coche.

- Oye...si quieres me voy, puedo cuidarme sola...

-No, tranquila. Iremos al club, hay... Habitaciones libres.

Un leve gesto de abatimiento apareció en su cara.
Arrancó en coche que resonó por toda la calle como un león y las motos hicieron lo mismo. Salimos a la carretera como en una coreografía, el hombre de barba blanca delante y los demás en formación detrás de él. Salimos de la ciudad en completo silencio hasta llegar a la sede del club. Un edificio alargado y bastante grande en cuya puerta había un gran letrero en el que ponía black wolves encima del logo de las chaquetas de todos ellos. Aparcamos fuera y mientras los demás se quedaron fuera Ray entró conmigo. Por dentro era una mezcla de bar de carretera y club de striptease completamente recubierto de madera, fotos de los moteros y postres y carteles, tenía una barra que invitaba a beber o a subirse a ella y una luz tenue, cálida y agradable, nada comparado a los sitios en los que habia estado antes. Ray me guió por un pasillo hacia un corredor lleno de puerta negras, algunas de ellas con una placa con el logo del club y un nombre, otras de ellas sin nada. Al final del largo pasillo a mano derecha estaba la de Ray.

-Esta es mi habitación, y tu dormirás en esa.

Había una puerta entre la suya y la mía.

-¿Por qué no en esa? No tiene nombre...

Al volverme para mirarle me encontré con la expresión dura de Ray.

-Buenas noches Kate.

Y se metió en su cuarto dando un portazo.
Entre en la habitación y lo primero que vi fue una cama tan grande como mi último apartamento. En el cabecero de la cama, de caoba negra, estaba tallado el logo del club. A parte de la cama el único mobiliario era un escritorio, un espejo, un gran armario y unas mesitas, todo en caoba negra. La habitación también tenía un baño. Me di una ducha y me tumbé en la cama. Al rato alguien llamó a la puerta y me sorprendió ver a una chica de unos 17 años tendiendome una camiseta del club de parte de Ray para que durmiera. Deshice la cama cubierta por una sábana negra y me sumergí en un mar de mantas y cojines.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2017 ⏰

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