Deseos

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Siempre he dicho que mi vida es por lo general, bastante normal. Al menos dentro de mis estándares de "normal". Mamá siempre me decía que no era así, que nosotras –mi hermana y yo– éramos especiales. Siempre pensé que ella estaba en contra de mi búsqueda de "vida normal". Yo quería ser parte de la sociedad, que me aceptaran; pero era absurdo. Solo un sueño. Muchos darían lo que tienen por tener lo que yo tengo en mi vida ordinaria. Respeto en la facultad, y la supuesta popularidad –que de nada sirve, por cierto–, que lleva eso consigo. Porque... ¿De qué sirve ser respetada si estás sola?

Está bien, estoy exagerando. No estaba sola, tenía a mis mejores amigas de infancia y a mi hermana mayor; quién sin importar lo que yo dijese, siempre se metía a defenderme. Estoy segura que por ella me tienen miedo, aunque no lo entiendo ¿porqué ella es así conmigo? Ella me protege y me cuida desde que nuestros padres murieron. Siempre ha cuidado de mi, incluso ahora mismo. ¿Es qué no ha entendido que ya crecí y puedo cuidarme sola?

*^*^*^*^*

Me levanto de la cama después de haber estado perdiendo el tiempo mirando el techo gris de mi habitación. Tengo que decorar el techo, se ve triste. No es que el techo pudiera sentir tristeza pero yo lo miraba muy simple. Regresando de la facultad le daría una buena pintada.

Me ducho y arreglo rápido. No quiero llegar tarde a la escuela, Ixchel se molesta mucho cuando me levanto tarde –casi diario–, y la entiendo pero siendo sincera, ir a la universidad para mí es un martirio. Todos siempre me miran desde lejos y susurran cosas cuando paso a un lado. Es frustrante no poder hacer amigos. Pero hoy es un nuevo inicio de semana, quizá me vaya mejor. Quién sabe, tal vez hoy me pase algo diferente. Ya sé, pido una vida normal con un toque de desastre. Yo me entiendo sola. Bajó al comedor, Ixchel me mira alzando una ceja. Rayos, viene el sermón.

—Emily, buenos días –me mira sonriente y sin decir nada más. ¡Qué rayos!

—Buenos... días... hermana...

— Cómete tus waffles, te espero en el auto. Solo no tardes mucho y péinate.

Solo alcancé a asentir, estaba pasmada. Ella solo me había saludado amable y no me regaño, ¿no será que los extraterrestres se llevaron a mi hermana y le lavaron el cerebro?

Claro que no. Los extraterrestres son muy listos como para venir a visitarnos.

Me como los waffles bañados en maple que me dejó mi hermana, tomo mi mochila y salgo disparada a la calle, en efecto, mi hermana está en el auto y no se ha ido. Esta mañana ella está algo rara, pero mientras no sepa que le pasa, me comportaré. Subo al auto y el traslado a la facultad se da en silencio.

Estoy comenzando a asustarme. ¿Habré hecho algo que la molestara? ¡¿Porqué está siendo amable?!

No podía dejar de darle vueltas al asunto. Me sentía perdida. Decidí que sería bueno escribir una carta a mamá. Sí, sé que dije que mis padres habían muerto. Pero ella antes de morir me dijo: "Cuando tengas algo que te intrigue, escríbeme una carta y dónde quiera que yo esté, te daré el consejo que necesitas". Siempre que escribía una carta a mamá, dejaba de sentir la presión. Y poco a poco en mi mente comenzaban a fluir ideas de cómo hacer para solucionar muchas cosas.


Llegamos a la facultad, ella bajó y me dedicó una sonrisa que me dejó helada. Eso era nuevo, sonreírme dos veces en la mañana sin un sermón como desayuno, era algo nuevo y muy raro en ella. Salí del auto y le di alcance. Ahora que la miraba mejor, noté algunas cosas, llevaba un poco de maquillaje y se había peinado bien, aunque sin quitarse el molesto flequillo de la cara. Mi hermana era linda, solo que como es un poco agresiva, casi nadie se fijaba en eso.

Santiago, un amigo de mi hermana, se nos unió apenas entrar al pasillo. Todos nos miraban como siempre, una combinación entre tristeza e irritación. Los alumnos en general, exceptuando a mis amigas, mi hermana y su amigo de ella, eran unos hipócritas para mi gusto. Llegamos al salón de artes visuales.

—Ixchel, te extrañé weona –dijo Santiago abrazando efusivamente a mi hermana.

—No me aprietes así. Sabes que no me gusta, menso –dijo fingiendo molestia para luego reír.

— Ya bésense –dije molestándolos–. No sé porque no son novios si parecen.

Ninguno de los dos dijo nada. Solo me miraron sonriendo de una manera extraña, decidí no prestarles atención. Tomé asiento en mi lugar de siempre, coloque los auriculares en mis oídos y me dispuse a dibujar, la profesora de pintura no estaba, pero daba igual, me gustaba avanzar con los trabajos. A diferencia de mi hermana, yo sí quería salir lo más rápido posible de este lugar. Quería graduarme rápido y mudarme a otra ciudad donde nadie me conociera. Comenzar una vida distinta, una donde nadie me tuviera miedo.

Dieron el toque de cambio y no vi ni a mi hermana ni a Santiago, de él no me sorprendí pero Ixchel siempre me avisaba si tenía que salir. Mi hermana estaba ocultándome algo y por raro que parezca, me comía la curiosidad de saber que era eso. Pero mientras ese momento llegaba, mantendría mi enfoque en salir con buen promedio e irme de casa. Ya estaba en sexto semestre de la carrera, me faltaban dos años para terminarla, más uno de internado y otro de servicio. Eran cuatro años más, todo estaba saliendo como lo había planeado, saldría de la carrera con 24 años. Mi sueño era tener mi propio hospital y ayudar a muchas personas a vivir mejor.

Ixchel no sé que es lo que quiere, no es como si necesitáramos una carrera para vivir bien, nuestros padres nos habían heredado todos sus bienes, la casa, los autos, la constructora de mamá y la universidad de papá. Tendríamos dinero para el resto de nuestras lujosas vidas, pero nunca fuimos buenas para quedarnos quietas. A fin de cuentas, nos educaron para esforzarnos y ser capaces de salir adelante sin importar las circunstancias y bajo nuestros propios méritos. Yo tendría mi hospital y cumpliría mi sueño.



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Obra dedicada a mi querida hermana ItziaShunelly. Quién me dio un nombre random para una historia y yo explotara mi ingenio.
Aquí está ¡por fin! Después de tantos meses de espera. Espero te guste esta historia. Así como ser capaz de sorprenderte.

La Obra de mi Hermana [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora